Todo empezó en Asia. El anime y el manga, los cortos, las becas y los premios. El cineasta tarraconense Adrià Guxens se encuentra en China rodando su ópera prima, Lóngquán: El Manantial del Dragón, producida por Pausa Dramàtica Films y La Charito Films. La película narra la historia de Junyi Sun, un bailarín y actor español de origen chino que apenas ha tenido contacto con el país de su familia.
«Junyi Sun es uno de mis mejores amigos desde la infancia con el que ya había trabajado previamente y ahora es el protagonista de mi ópera prima, que parte de su historia real», cuenta Guxens, que atendió al Diari desde China. El de Sun es el relato de cientos de personas, hijos de inmigrantes chinos, segundas generaciones atrapados entre dos culturas. «Estas historias ya existen en cinematografías de países como Estados Unidos o Francia. En cambio, en España lo hemos visto tímidamente, quizás de algún colectivo como el gitano o el árabe, pero no con el tema asiático. Ahora sé que se están haciendo películas que muestran esta realidad y que abrirán esta nueva ola de cine catalán».
Junyi Sun tiene 37 años y únicamente en una ocasión, cuando tenía 7, viajó al país de sus padres. «Su abuela es muy mayor y la película nace de esta necesidad de reencontrarse», dice Guxens. «Tiene a su familia en China, a la que no ha visto en treinta años y con la que ahora se verá y esto es muy bonito, le permite encontrar sus raíces. Además, cuando estuvo, con siete años, fue difícil porque él no hablaba chino, era visto como alguien occidental y no fue una experiencia tan agradable. Volver, con estos recuerdos dolorosos, también ha sido complejo para él. La película quiere retratar todo este proceso de sanación y cómo encontrar una identidad que no es ni la china ni la española, sino una mezcla, que es quien es él actualmente». Lóngquán: El Manantial del Dragón es una película 100% española, aunque en un 90% está rodada en China. «A día de hoy sólo dos films españoles han conseguido coproducir con China, en toda la historia del cine», explica el tarraconense.
Viaje visual a las minorías
Este pasado martes se anunció que el cineasta volverá a la sección oficial de Málaga con su nuevo corto Kokuhaku, un festival en el que ya ganó una Biznaga de Plata por su primer documental, también rodado en China, No creo que vaya a llover.
En 2019 Guxens obtuvo una beca para rodar este primer corto. «Dentro de la propia beca gané el premio, que consistía en volver a China una segunda vez. Con el Covid no pude ir al año siguiente, pero me guardaron la plaza. Cuando regresé, volví a ganar el premio. Como no podía volver una tercera vez, me ficharon como supervisor de los alumnos que tienen esta beca, y es lo que estoy haciendo ahora mismo», señala Guxens. «Es un país inabarcable. Cuando llegué fue un shock cultural muy grande porque tenemos ideas preconcebidas y te das cuenta de que hay una parte cierta, pero otra que no se explica por un tema de intereses, sobre todo de Estados Unidos. En el caso de España, por ejemplo, la mayoría de población china llega desde Qingtian y Wenzhou. Por tanto, la percepción española que tenemos de China es a partir de gente de una misma zona».
Por otra parte, el cineasta está trabajando para llevar a Barcelona y a Tarragona la muestra Bajo un mismo cielo, que ha estado expuesta en el Instituto Confucio de Madrid. «Son fotografías que he ido tomando durante los últimos cinco años. Quieren mostrar las realidades de la gente cotidiana, de etnias minoritarias y me gustaría que también llegara a casa».
Mientras, desde China, Guxens viajará a Málaga, donde puede alzarse con una nueva Biznaga por Kokuhaku, que en japonés significa confesión. «Explica la represión que sintió un joven gay en una familia muy tradicional japonesa. Su vía de escape fueron los espectáculos de kabuki donde la figura de hombre disfrazado de mujer tiene un gran prestigio». El festival malagueño se celebra del 14 al 23 de marzo.