«La cultura y la educación protegen los derechos humanos»

Encuentro. La III Jornada de la Cátedra UNESCO Pau Casals reflexionó sobre el rol de la música en el diálogo intercultural

02 junio 2024 13:07 | Actualizado a 02 junio 2024 13:10
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Los derechos culturales, que ponen el acento en el derecho de acceso a la cultura y el respeto a la diversidad cultural, son los menos explorados dentro de la familia de los derechos humanos. Se formularon por primera vez en la Declaración de Friburg, en 2007, y con la Agenda 2030, para el desarrollo sostenible de las Naciones Unidas, han adquirido una importancia creciente.

En este contexto, esta semana se ha celebrado la III Jornada de la Cátedra UNESCO Pau Casals, Educar en drets humans per la pau, que ha puesto en el punto de mira la relación entre los derechos culturales y la educación por la paz, y que se ha enmarcado en el legado humanístico y musical del vendrellense Pau Casals. Cabe recordar que la Cátedra UNESCO Pau Casals es una iniciativa conjunta de la Fundació Pau Casals y la Universitat Oberta de Catalunya.

En este sentido, Joan Fuster, codirector de la cátedra, y profesor agregado de los Estudios de Artes y Humanidades de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), recuerda que «el violonchelista destacó, por un lado, por su excelencia musical, y, por otro, por sus valores humanísticos, inspirados en la paz, la democracia y los derechos humanos, que fueron su misión y actitud durante toda la vida».

Así pues, las palabras del director de la Fundació Pau Casals, Jordi Pardo, también ensalzan «el legado vivo de una personalidad tan increíble como Pau Casals, una referencia en el mundo de la música y en la defensa de la paz, los derechos humanos y la dignidad de las personas».

Como ejemplo, Joan Fuster se remonta a 1926: «Preocupado por que la música llegase a todo el mundo, Casals fundó en Barcelona la Associació Obrera de Concerts, con el objetivo que los trabajadores accedieran a los conciertos que él organizaba con su orquesta, así como grandes directores e intérpretes a nivel mundial, y que estuvo activa hasta 1937».

A pesar del paso del tiempo, el debate sobre qué papel juega hoy en día la música en la construcción de sociedades más democráticas sigue vigente. «En la medida que la música es una de las expresiones culturales más extendidas, puede ser un instrumento para unir a las personas; en otras palabras, creemos que la cultura y la educación son instrumentos que trabajan a favor de la paz y de los derechos humanos, y, en consecuencia, en beneficio de la democracia».

Por su parte, Jordi Pardo apunta que «como sociedad debemos entender, como decía Pau Casals, que la cultura expresa lo bueno y mejor de la condición humana, en contraposición a la guerra, como símbolo de lo peor, tanto a nivel individual como colectivo».

El valor de la educación

En este punto, Joan Fuster señala el papel de la educación, tanto informal como no formal, para propagar los valores de la paz y los derechos humanos.

«Por un lado, debemos trabajar más y mejor en el marco del sistema formal de educación, y por otro, debemos apoyar y promover las entidades que trabajan desde el ámbito no formal para construir una red amplia y fuerte», asegura él mismo. Así pues, añade que «de esta manera contribuiremos a tener ciudadanos más formados y críticos que valoren los derechos humanos; puesto que tanto la guerra como los conflictos, además de generar muerte, dolor y destrucción, conllevan la suspensión del desarrollo de los derechos humanos».

Una opinión que también comparte Jordi Pardo: «La cultura y la educación protegen los derechos humanos. Por esta razón, debemos socializar, compartir, revisar, actualizar e innovar los conceptos para que no sean solo palabras retóricas»; dicho en otras palabras, «debemos plantearnos qué podemos hacer y cómo para que los ciudadanos del presente y del futuro tomen conciencia del valor transformador que, desde la cultura, se puede generar para defender la paz como un patrimonio de todos». Justamente, él mismo hace hincapié en que «la cultura, a través de la educación, puede ser un vehículo transformador, creador de cohesión social y transmisor de valores».

Futura guía

En este contexto, el codirector de la Cátedra UNESCO Pau Casals avanza que «en paralelo a la jornada, estamos elaborando un documento, con un grupo de expertos y expertas, que dará lugar a una declaración y, en última instancia, a una guía de trabajo que será accesible para los centros educativos y otras instituciones».

Por todo ello, el director de la Fundació Pau Casals rompe una lanza a favor de «defender la cultura como elemento constructor y educador de la paz; así como la preservación del patrimonio tangible e intangible, las expresiones culturales vivas y las tradiciones como instrumentos fundamentales de mejora social».

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