José Corbacho: ‘Cuando subo al escenario, no quiero irme nunca más de allí’

El popular actor y humorista presenta este domingo (19 h.), en el Palau Firal i de Congressos de Tarragona, su nuevo espectáculo ‘Ante todo mucha calma’

17 septiembre 2024 14:05 | Actualizado a 18 septiembre 2024 07:00
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José Corbacho (Barcelona, 1965) comparecerá este domingo sobre el escenario del Palau de Congressos de Tarragona para ofrecer al público su nuevo espectáculo, Ante todo mucha calma, una propuesta que profundiza sobre su lado más personal desde un punto de vista humorístico.

Reírnos de nosotros mismos es un ejercicio muy sano que hacemos bastante poco.

Precisamente el monólogo va de eso, de reírme de mí mismo y de mis propias miserias. De lo que me pasa en mi rutina diaria, también hablo de mi familia, de mis amigos. Yo creo que para reírse de alguien primero debes reírte de ti. Hay que tener esa consideración y, sobre todo, cuando estás encima del escenario, saber de quién te puedes reír y de quién no. Entender al público. Reírse de ti mismo es un ejercicio de humildad necesario que deberíamos hacer de costumbre. A través del humor todo es mucho más fácil. Lo aprendí cuando estaba en La Cubana, nos cachondeábamos mucho de nosotros.

Con el humor se pueden explicar problemáticas sociales o personales que con el drama resulta imposible o por lo menos es difícil.

El humor y la comedia sirven para exponer cosas muy importantes y, a veces, impactantes. A nivel personal, hace cuatro años tuve un problema de salud, me hicieron un trasplante de riñón y el humor me sirvió como válvula de escape a mis problemas. Una sonrisa te ayuda a mejorar en la vida. Siempre me he tomado los problemas desde un prisma positivo y creo que me ha ido bien.

Pues parece tímido, con su sombrero inseparable.

A veces peco de optimista, de persona alegre. Y eso, en muchas ocasiones, me ha servido para mirar hacia adelante y superar adversidades. Evidentemente no voy por la calle explicando chistes ni saltando de euforia, pero me gusta vivir con una sonrisa. El sombrero lo llevo siempre como una marca personal, tengo muchos.

José Corbacho, con la experiencia de varios años de trayectoria, debe conocer hasta cómo respira el público.

A mí me gusta estar conectado con el público, hablar y preguntar. Siempre he pensado que si yo me encuentro cómodo encima del escenario, el público también. Pepe Rubianes ya lo decía. Intento que el monólogo siempre esté vivo, es evidente que hay un guión, pero en cada actuación me gusta acudir a la improvisación y dar toques distintos. La misión es hacer reír a la gente, que los que pagan una entrada para verte, pasen un rato agradable.

Siempre he tenido la curiosidad de saber ¿cómo es ese día en el que, por un millón de circunstancias, no hay ganas de subir al escenario?

Esto pasa más de dos veces, es natural, porque en la vida personal de cada uno siempre suceden situaciones que afectan. Al final haces un esfuerzo y, desde mi perspectiva, una vez subo al escenario, ya no quiero irme nunca más de allí. Soy un afortunado de tener el trabajo que tengo, el poder contactar con el público. Cuando estás ahí arriba haces un paréntesis con respecto a tus problemas. En realidad nos pasa a todos en nuestros trabajos, hay días que no tenemos ganas de nada, pero hacemos ese esfuerzo.

En un mundo tan individualizado, ¿no cree que se ha perdido la empatía por el camino?

Es uno de los problemas que me preocupan actualmente. La empatía es un ejercicio que deberíamos hacer diariamente, intentar ponernos en la piel del otro. En mi opinión, la empatía va ligada a la simpatía y la alegría, no te puedes reír de alguien que no lo está pasando bien, que sufre un momento complicado en su vida. Se trata de estar en contacto con la realidad y ponerte en la piel del otro. Parece simple, pero no lo es y nos cuesta.

¿Y cómo lleva José Corbacho la popularidad?

La intento llevar desde un punto de vista positivo. No me importa atender a la gente siempre que puedo, claro que, por ejemplo, cuando voy en avión, busco estar en mi lugar, tranquilo, pasar desapercibido, no llamar mucho la atención. En todo caso, tengo muy claro que si, en mi trabajo he tenido reconocimiento es gracias al público. No te puedes olvidar de ello y si alguien se acerca por lo menos le atiendo. Normalizar todas estas cosas me parece interesante, yo no olvido que vengo de L’Hospitalet y si, en algún momento, he perdido esa perspectiva, he tenido gente que me ha puesto en mi sitio.

La última, ¿qué adrenalina ofrece el teatro que es tan distinto a todo?

El teatro es único porque todo lo que pasa encima del escenario es real y te permite jugar, ver las caras de la gente, sentir lo que piensan, sus respiraciones. A mí me fascina el teatro, creo que es mi estado artístico natural, donde me siento muy cómodo.

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