El poeta Joan Salvat-Papasseit (1894-1924) únicamente escribió un libro para niños y niñas: Els nens de la meva escala, en el que aparecen, entre otros, sus hija Salmeta y Núria. De esta manera, ambientado en una casa de muñecas en la que vive el poeta, Joan Salvat-Papasseit, Els nens de la meva escala acercará al público la vida y la obra del autor, coincidiendo con la conmemoración del centenario de su fallecimiento.
Con la dramaturgia del reusense Jordi Folck, el espectáculo se estrena hoy en La Selva del Camp (18.30 h, Castell del Paborde), para después iniciar una gira por diferentes bibliotecas de toda Catalunya: Tarragona, Llorenç del Penedès, Alcanar, Deltebre, Tortosa, La Nou de Gaià, Cambrils, Reus, Altafulla, Lleida, Sant Joan Despí, Sant Fost de Campsentelles y Sabadell.
En cuanto al estreno en La Selva del Camp, Jordi Folck argumenta que «se debe a que tanto los abuelos maternos como paternos del poeta eran del Camp de Tarragona y las Terres de l’Ebre», mientras que refiriéndose a la dramaturgia, él mismo detalla que «entre los cuentos de Joan Salvat-Papasseit y las postales que él mismo envió a sus hijas desde los sanatorios entre los años 1919 y 1923 (del libro Postals a les filles), el público se adentrará en el universo del poeta, a través de la voz de una portera que lo sabe y lo explica todo».
Así, de la compañía teatral Bambadaboom y la Associació Cultural Hola Creador (Creativitat, Cultura i Educació) surge el espectáculo, cuyo equipo artístico está integrado por Úrsula Garrido (voz y canto) y Havard Enstad (música), bajo la dirección de Beto M. Alcázar.
En el aspecto musical, el dramaturgo resalta que «este espectáculo literario-musical incluye partituras de nueva creación compuestas por el músico afincado en Catalunya Havard Enstad -quien en su día también creó las canciones de La biblioteca del senyor Seguin, coincidiendo con el Any Vallverdú-, así como de Teresa Rebull y Emilio Vera».
Con todos estos elementos, el dramaturgo reusense afirma que Joan Salvat-Papasseit, Els nens de la meva escala es «al mismo tiempo, un espectáculo triste y tierno, como la vida del poeta». En este sentido, Jordi Folck rememora que «aunque la casa en la que vivía el poeta era una penuria, en las postales que enviaba a sus hijas, describía un hogar precioso con jardines frente al mar». Una circunstancia que sirvió de inspiración a Teresa Rebull para componer la canción La casa que vull, en referencia al hogar que soñaba el poeta y que nunca llegó a tener.
En cualquier caso, el espectáculo literario-musical acontece «un canto de esperanza», según asegura Jordi Folck recordando las palabras que en su día dejó por escrito Tomàs Garcés: «Sent néixer dintre seu, als 25 anys, l’espurna divina de la poesia. Aquell orgull d’escriure en català, que és la joia més dolça de Josep Carner, quina felicitat no havia d’ésser per a Joan Salvat-Papasseit!».
A modo de aprendizaje vital, el dramaturgo reusense recuerda que «a pesar de la miseria de la vida, la belleza de la poesía puede ser un hilo conductor para sobrevivir. La poesía nos puede salvar la vida».