Ver, oír y saborear. Una mezcla de sentidos es lo que experimentó ayer el público del Festival Quarts de Teatre en Reus. Una demostración de la buena sintonía entre el ingenio teatral, la intuición culinaria y los vinos de la bodega Mas Vicenç. Un circuito de microteatro por espacios no convencionales como el Espai Boulé y El Círcol.
A modo de zona de embarque, los espectadores accedían a La Llotja para ser dirigidos a cada uno de los escenarios para tomar asiento. Por delante les esperaba un viaje íntimo y breve, pero también turbulento en cuanto a emociones y sentimientos.
A veces los deseos se cumplen. Y eso es lo que les pasó a los protagonistas de la comedia Mira’m amb els meus ulls, de la compañía Ves per on teatre. Bajo el cielo estrellado de Prades, la magia de observar dos estrellas fugaces al mismo tiempo les permitió admirarse con los ojos del otro.
Un intercambio de cuerpos caprichoso, pero aleccionador sobre el valor de la fortaleza, la madurez y la experiencia de la vida. Un aprendizaje que dio un giro de 180 grados a sus vidas. «Las estrellas nos han mostrado que aquello que deseamos ya lo somos, pero no lo sabemos ver y nos boicoteamos». Sabiendo que a veces la empatía es difícil de entender, Zero Gluten ADN Sistaré aderezó el momento con un surtido de Clotxes Zero Gluten, vegana y de pollo, acompañadas del vino Nit de Lluna. Ojalá todos pudiésemos vernos con los ojos de los demás.
Un anhelo imposible de alcanzar cuando la muerte llama a nuestra puerta en La Funerària. «La vida es como un maratón: empiezas a tope; después bajas el ritmo; en el camino te encuentras los puntos de avituallamiento, que son las personas que nos acompañan a lo largo de la vida. Finalmente, llegas a la meta, victorioso, pero muerto».
Sabias palabras para una joven emprendedora (interpretada por la actriz Mar Puig de la Cia WeColorMusic), y que paradójicamente encuentra en la muerte la oportunidad de su vida: «Buscant un nínxol de mercat, un forat on destacar les meves habilitats». Pero convivir con la certeza de la muerte no siempre es fácil. Por ello, para saborear cada momento Ferran Cerro Restaurant cocinó un Brioix cruixent, escalivada brasejada i cecina fumada amb oli d’arbequina, maridado con el vino L’Arlequí.
Nunca es tarde para volver a empezar. Un encuentro entre exalumnos es el pretexto para que Magda (Laura Yuste) y Àlex (Uri Callau) vuelvan a verse. Ambos fueron víctimas del acoso escolar en el instituto. Aunque el tropiezo del uno con el otro reabre viejas heridas del pasado, es la excusa para la compañía La Bandarra para volver a Començar. Nadie dijo que la vida era fácil, pero «si le sonríes a la vida, la vida te sonreirá a ti». En este caso, el público encontró consuelo en la tapa del Restaurant El Círcol: Cruixent de moniato i cansalada sobre fons del propi moniato, dins d’una gàbia invisible, acompañado del vino Dent de Lleó.
Como a nadie le amarga un dulce, la compañía La niña bonita y su obra Duérmete Niño, arropadas por el Bressol de tiramisú del restaurante Batticuore y El vi del vent, fueron las protagonistas de la última parada. Un trayecto de la mano de la cultura que, para Judit, «es una de las cosas más importantes a la que podemos aspirar en la vida; cuanta más variedad y a más personas llegue mucho mejor, ya sea a través del teatro, la gastronomía o el mundo del vino». A la cama no te irás sin saber una cosa más.