Creo que cometí el “error”, si puede definirse así, de adentrarme en Mariana Enriquez a través del formato de novela, concretamente “Nuestra parte de la noche”, y no a través de sus cuentos. De la novela me fascinó su desenvoltura en la actualización de los clásicos del género de terror-fantástico pero no me atrapó, aunque debo reconocer que fuí de los pocos que lo sintió así porque el éxito de lectores y crítica fue unánime. Sin embargo, en el formato de cuento, Enriquez se me revela como verdaderamente adictiva, por el potencial imaginativo de sus cuentos, condicionado por la brevedad del género. La suspensión de las historias te invita a imaginar un posible continuidad y, especialmente, a adentrarte en múltiples geografías siniestras en las que se desarrollan los relatos. En la arqueología del género de terror, el cuento ha tenido un papel muy relevante, no solo con Edgar Allan Poe, sino también con todos sus herederos, y Enriquez es sin duda una de ellas en su habilidad de mezclar estilos y temáticas del género y, al mismo tiempo, situarlas en un contexto y unas realidades verosímiles. Lo terrorífico es natural en Enriquez y los doce cuentos que componen “Un lugar soleado para gente sombría” son una muestra de ello.
Tomemos por ejemplo el cuento “La desgracia en la cara”. Todo empieza con una parálisis facial en la protagonista –Alex– que deriva hacia un progresivo borramiento de la cara. Una imagen inquietante y abstracta que Enriquez introduce de forma naturalizada para, a partir de ahí, descubrir toda una herencia del mal en su sistema familiar. Las relaciones entre madres e hijas emergen en muchos de los relatos y se convierten en el tema central a resolver en el marco del género. En paralelo, el progresivo proceso de despersonificación a partir de la formación de esta “cara borroneada” obliga a la protagonista a emprender una lucha contra el tiempo imprimiendo también un ritmo trepidante a la historia.
Otro cuento fascinante y paradigmático del libro de Mariana Enriquez es “Metamorfosis”. La protagonista se “encapricha” de un mioma que le tienen que extirpar tras verlo en una imagen durante un chequeo médico. Tras hablarlo con su familia y darle un par de vueltas no quiere desprenderse de él y pide que se lo vuelvan a injertar. El cuento transita desde lo cómico, pasando por el imaginario más Cronenberg sobre el cuerpo e ironiza con una nueva forma de transhumanismo. De nuevo recorremos lo real hacia lo fantástico con una sencillez pasmosa y construyendo de nuevo imágenes abstractas e inquietantes –el injerto de un mioma– que no puedes quitarte de la cabeza. Tampoco puedes olvidarte de el “Cementerio de heladeras” que da título a otro de los cuentos y que de nuevo consigue convertir lo doméstico en una pesadilla. Además, y como ocurre en otros de los relatos que componen el libro, el contexto político social argentino se hace presente a menudo convirtiendo muchos de los sucesos siniestros que acontecen como el síntoma del malestar de un país.
Título: Un lugar soleado para gente sombría
Autora: Mariana Enriquez
Editorial: Anagrama
Precio: 19,90€