Sophie y Arpad Braun viven con sus dos hijos en la Casa de Cristal, en la pacífica comuna de Colony (Ginebra). Son la familia ideal, así los presenta el narrador, y así les parece en un primer momento a sus vecinos Greg y Karine, que viven con sus propios hijos en una promoción apodada negativamente La Verruga, por el agravio comparativo con respecto a las demás propiedades de la zona (incluida la Casa de Cristal).
Desde el principio se establece una extraña relación entre las dos familias, mezcla de admiración y envidia, y a medida que transcurren las páginas, se ampliará también a desconfianza y afán de superación. Pero eso sucede mucho antes del atraco a la joyería el 2 de julio de 2022 con el que abre ‘Un animal Salvaje’, protagonizado por el Gorra y el Pasamontañas, y con el que se van a ir estableciendo conexiones de lo más intrigantes.
Joël Dicker echa mano de su habitual estilo ágil y envolvente en su séptima novela. Teñido de humor sarcástico, el narrador mantiene esta vez una postura objetiva de tercera persona, como si un voyeur hiciera el seguimiento de los diferentes personajes, tomando notas sin cesar.
De esta manera, se combina el atraco a la joyería con las anteriores idas y venidas de todos los personajes definidos, con numerosos saltos en el tiempo que marcan sus trayectorias entre Saint-Tropez, Ginebra... Hasta acabar en ese 2 de julio de 2022.
Mediante pequeños tanteos que deja escapar el narrador, como el accidente al que se refiere Arpad durante sus inicios en Londres, o el personaje de el Fiera que oculta Sophie, se van sembrando semillas de secretos que germinarán en auténticas revelaciones entremezcladas con la trama principal, hasta llegar al misterioso final.
El autor suizo es único construyendo personajes hechos de mil capas que se irán cayendo a medida que avanza la historia, y que dejan al descubierto todas esas carencias que pretenden disimular y, al final, colmar. Y es en ese proceso en el que algunos toman la decisión equivocada... ¿será la vanidad?