Con este juego podréis deslumbrar al personal de cualquier bar durante vuestras vacaciones y es posible que os inviten a una cervecita y una tapa después de hacer la demostración que os explico a continuación.
Cómo indica el título, utilizaremos las clásicas fichas de dominó blancas con puntos negros. El dominó surgió hace mil años en China a partir de los juegos de dados. La forma actual de 28 fichas dobles y rectangulares fue conocida en Europa según parece, a mediados del siglo XVIII, gracias a los italianos.
Para este truco pedís que os dejen una caja con el conjunto completo de fichas de dominó y las ponéis encima de la mesa. Después, todos los presentes irán mezclando las fichas hasta que quieran parar.
En este punto, una persona os dejará un pañuelo un poco grande para taparos los ojos y, como control adicional, os giraréis de espaldas para no ver las operaciones que harán vuestros espectadores.
Una persona separará tres fichas de todo el conjunto y después las otras tendrán que coger tantas fichas como sean necesarias para que, sumadas a los puntos de cada ficha, lleguen a doce.
Veamos un ejemplo: si las fichas son el 3-1, 4-3 y 6-5, tendrán que coger, de la mesa, ocho fichas para la primera, cinco para la segunda y una para la última.
Los espectadores colocarán todas estas fichas –las tres seleccionadas y las que se han cogido para completar el número doce para cada ficha– dentro de la caja y la taparán.
Ahora es cuando vosotros os giraréis de cara a los espectadores y os sacaréis el pañuelo de los ojos.
Solo pasando la mano por encima de la caja cerrada que contiene las fichas seleccionadas, ¡seréis capaces de anunciar la suma de los puntos de las tres fichas que habían cogido al comienzo!
El secreto es muy sencillo: la acción de pasar la mano por encima de la caja para captar algo es una pista falsa. Realmente contaréis las fichas que quedan encima de la mesa, a este número le sumaréis once y ya tendréis el resultado de la suma de todos los puntos de las tres fichas del comienzo.
Para que las operaciones sean posibles es necesario que la suma de los puntos de las tres fichas de dominó seleccionadas al comienzo sea más grande de diez.
Esto se consigue simplemente diciendo que cojan fichas un poco altas para que el efecto mágico no sea demasiado largo.
Otro detalle que hay que tener en cuenta es que apunten los valores de las tres fichas escogidas al comienzo; si estáis en un bar, incluso las pueden dibujar en una pizarra que tengan y girarla para que vosotros no veáis lo que han escrito.
Recordad que la puesta en escena de taparos los ojos con el pañuelo, giraros de espaldas y poner las fichas dentro de la caja y, incluso, si vuestros espectadores quieren, poner las manos encima para tapar la caja, ayudan a ‘vestir’ el juego y darle un interés añadido.
Esta es la diferencia entre una curiosidad matemática y un juego de magia.