Controlar los nervios antes de las PAU: Recomendaciones de última hora para estudiantes y familias

Responder primero las preguntas que se saben, no comprobar las respuestas entre examen y examen y hacer deporte o meditar son algunas de las medidas que proponen los expertos

03 junio 2024 12:56 | Actualizado a 03 junio 2024 13:17

Mañana comienzan las pruebas de acceso a la universidad PAU para 42.535 estudiantes catalanes; 4.035 de ellos en la demarcación de Tarragona. En España, según los últimos datos del Ministerio de Universidades, más del 96% de los alumnos aprueba. No obstante, superar la selectividad no garantiza conseguir la nota de corte para cursar el grado deseado. Y los nervios o la ansiedad pueden ser malos aliados.

“La emocionalidad que nos despierta la EBAU es muy específica. Sabemos el impacto que tiene fallar, hay autoexigencia, expectativas propias y ajenas, presión social, ilusiones que dependerán del resultado que saquemos», señala Mireia Cabero, profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC). Añade que a todo el anterior se suma que hay una creencia errónea de que la vida académica y profesional quedará determinada por lo que pase en estas pruebas. «Cuando una experiencia reúne tanta carga vital en una edad en la que la madurez emocional todavía no ha podido desarrollarse, el cerebro vive con mucha intensidad las emociones. Como que no es fácil gestionarlas, y menos a determinadas edades, cuesta que esta intensidad se reduzca fácilmente», indica.

¿Qué hacer?

Y ¿Cómo combatir este estado emocional y afrontar la prueba de la mejor manera posible? Comentar con los amigos y los compañeros como nos encontramos es una opción. «La mirada y el apoyo ajeno nos hacen sentir acompañados, secundados, nos ayudan a relativizar, a ver nuestro potencial, y podemos conseguir pensar más de una manera positiva, confiada y esperanzada respecto a los exámenes», afirma Mireia Cabero.

Pero todo depende del interlocutor. Cómo explica Montserrat Lacalle, también profesora colaboradora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, también puede ser contraproducente «si la persona que tenemos delante es una persona que funciona irracionalmente, que está situada en la ansiedad, en la exigencia, a dar una extrema importancia al resultado de la prueba». En estos casos, es probable que haya una retroalimentación. Por eso no siempre es beneficioso.


Técnicas para relajarse


La clave para combatir este estado emocional, tanto en los días previos como en el día del examen, es «centrarse en cambiar nuestro pensamiento», afirma Lacalle. «Muchas veces lo que pasa es que los alumnos se están exigiendo aprobar, les aparecen pensamientos como 'no puedo suspender' o exigencias absolutistas e irracionales ante el examen, y muchos de ellos se condenan en su pensamiento si no consiguen buena nota y empiezan a pensar que, si no son capaces, su valor individual se verá comprometido con pensamientos como ‘no sirvo’», continúa.

Su recomendación es intentar afrontar el examen con la importancia que tiene, «que evidentemente tiene, pero de alguna manera hay que poder relativizar un poco esta importancia y las consecuencias». Por el contrario, si se afronta como una cosa extraordinariamente importante, que marcará el futuro y las repercusiones posteriores del cual serán muy graves, es muy probable que el sistema nervioso responda con ansiedad, dificultando el rendimiento.

Además, Mireia Cabero aconseja buenos hábitos emocionales como la relajación física, la respiración profunda, confiar y tener seguridad en un mismo, fomentar pensamientos ajustados a la realidad, relativizar los exámenes eliminando la creencia que este examen determinará la vida, perder el miedo de fallar, visualizarse haciendo el examen tranquilos y seguros, hacer deporte para destensar el cuerpo y meditar para ayudar a vivir con más conciencia y distancia emocional los exámenes.

¿Qué no hacer durante los exámenes?

Además de estas técnicas para que los nervios no jueguen malas pasadas, Sylvie Pérez, profesora de los Estudios de Psicología y Ciencias de la Educación de la UOC, recomienda evitar estas conductas durante los exámenes del EBAU:

-Contestar las preguntas en el orden en que aparecen al examen. Durante el examen, se recomienda hacer una primera lectura de las preguntas y, después, volver a hacer una segunda lectura «y empezar por las preguntas que tengo la seguridad de saber. Después ya iremos a los conocimientos que tenemos más flojos. Es la mejor manera de ir administrando el tiempo», recomienda.
-Ponerse nervioso si hay un bloqueo. En caso de que haya un bloqueo y al alumno no le venga nada a la cabeza, el consejo es parar. «Ponernos nerviosos lo único que hace es incrementar todavía más el bloqueo. Hay que esperar un tiempo, pensar en otra cosa que nos ayude a desconectar. Después, volver a intentar empezar el examen y dejar que vengan pequeñas ideas, aunque no sean exactamente las que nos están preguntando, para ir recuperando despacio el recuerdo», sostiene Sylvie Pérez.
-Comprobar las respuestas entre examen y examen. Después de cada examen, los expertos aconsejan apartar la materia para prepararse mentalmente para el siguiente. «Es difícil de cumplir, pero no es conveniente ir a mirar enseguida si he acertado o no ni comparar con los otros, porque el examen ya está hecho. Si acaso, ya lo revisaremos cuando se haya acabado todo, porque es una carrera de fondo, aunque parezca que sea un sprint», recuerda la profesora de la UOC. «Son tres días, y hay muchas pequeñas pruebas para superar. Un corredor de obstáculos, cuando pasa un obstáculo, solo se centra en el siguiente, porque no puede mirar atrás a ver si el obstáculo ha caído o sigue de pie».
-Continuar estudiando durante la selectividad. Aprovechar los días de los exámenes para continuar estudiando y ampliando conocimientos tampoco es buena idea, en opinión de los expertos. «Sí que podemos repasar un poco, pero sobre todo tenemos que permitirnos momentos de tranquilidad para descansar el cerebro y el cuerpo para que fluyan mejor los recuerdos», explica Sylvie Pérez.

Recomendaciones para los padres

En cuanto al papel que pueden ejercer los padres para ayudar, es beneficioso que expliquen a sus hijos que el éxito en parte está en el proceso y no tanto en el resultado, «porque, además, en este resultado puede haber variables que no dependan del alumno, sino de si el examen es más o menos difícil o de circunstancias que están fuera de su control», recuerda Montserrat Lacalle. También aconseja que los muestren apoyo incondicional y los ayuden a relativizar el valor de la prueba. «Es una cosa importante, pero si no va bien, continúa habiendo opciones», afirma.

Por su parte, Mireia Cabero recomienda que el papel de los padres se centre a reforzar la preparación de los exámenes con buenos hábitos y horarios, ayudar a cuidar su descanso y una buena alimentación, transmitirles confianza y seguridad interior, además de evitar «amenazas como ‘sí suspendes...', aceptar las dificultades con que nuestro hijo se encuentra, no sumar presión ni tensión a la que ya siente durante estas semanas, explicarles experiencias propias de aciertos y errores en los exámenes para descargar exigencia, practicar en casa juntos herramientas de relajación como por ejemplo yoga, meditación o respiración profunda y facilitar momentos de distensión familiar, de risas, de desconexión de los exámenes».

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