Dàmaris Gelabert actúa esta noche en la Tarraco Arena Plaça, en un concierto enmarcado en el Tarragona Music Festival. A partir de las 19.30 horas, el público podrá disfrutar del espectáculo familiar Mou el cos, apto para todas las edades.
Este jueves actúa en Tarragona. ¿Qué puede esperar el público?
Pasaremos por muchos de mis temas conocidos, es un viaje por muchos ritmos y estilos diferentes que nos invitan a mover el cuerpo. Aunque nos toca estar sentados, tenemos muchas coreografías preparadas para que la gente participe desde su asiento. Invitamos a la gente a pasar un rato de concierto participativo, cantando y bailando con nosotros.
Este espectáculo de ‘Mou el cos’ lleva el nombre de una de sus últimas canciones. ¿Es un antídoto para todo lo que está pasando en el mundo?
Sí, exactamente. Justo publicamos el videoclip de esta canción cuando estábamos confinados y lo presentamos desde esos conciertos que hacíamos online durante el primer confinamiento. La idea era esa necesidad de movernos, expresarnos. Varias canciones nuestras hablan de cómo la música y la danza nos ayudan a expresarnos, son una medicina. Nos hacen sentir bien.
Es una propuesta multiinstrumental con varios estilos musicales y partes teatralizadas. ¿Cómo surge este espectáculo?
Siempre buscamos un pequeño argumento que una las canciones y, además, Mou el cos es un viaje de muchas músicas, porque la música familiar hace que no tengamos que atarnos a un estilo concreto. Vamos siguiendo un guion, pero está abierto a la improvisación y entran una serie de coreografías muy divertidas que permiten al público participar.
«El repertorio siempre sigue vivo si consigues que las canciones sean una herramienta de aprendizaje»¿Qué supone formar una banda con tantos integrantes sobre el escenario?
La música infantil todavía no está suficientemente valorada y no vamos con el caché de los de público adulto. Aun así, nosotros intentamos ofrecer la máxima calidad posible. Pensamos que vale la pena, que es un formato que puede funcionar y que los niños se merecen conciertos de gran formato. Es importante que todos se conciencien que los espectáculos familiares tienen que tener la misma calidad y las mismas condiciones que los espectáculos de adulto.
Lleva más de 20 años de carrera, ¿cómo sigue reinventándose?
Como artista y músico, vas cambiando y creciendo, cada vez se te ocurren más cosas. Yo soy una persona muy creativa y sé que hacen falta muchas otras canciones. Uno de los últimos proyectos que estoy haciendo es componer para un nuevo espectáculo, el primer musical infantil de Dagoll Dagom, y estoy disfrutando muchísimo porque es una experiencia nueva. Aparte de Dagoll Dagom, que es uno de los referentes a nivel de teatro musical de Catalunya, también está el dramaturgo Marc Artigau, que ha basado todo el guion en escritos que algunos niños hicieron durante el confinamiento.
El espectáculo del que habla es el ‘Bye Bye Monstre’, que se estrenará el 6 de noviembre . Con ese título, ¿es una despedida dedicada al coronavirus?
Pretende ser un homenaje para todas las familias y todo lo que hemos pasado, desde el optimismo de despedirnos sin rencor, cantando y bailando, y pensando que igual nos ha ayudado a ser más fuertes, a tener más paciencia. La obra será divertida, participativa y muy terapéutica para todas las familias. Y esperamos que sea real que podamos decir «bye bye, monstre». En estos momentos, ha sido el coronavirus, pero también hay otros monstruos que vienen a nuestra vida y tenemos que estar preparados.
«Los niños se merecen conciertos de gran formato»Ha presentado dos canciones en lengua de signos. ¿Cuál es el objetivo de esos proyectos?
Los grupos infantiles intentamos llegar mucho más allá de los niños, a sus familias y a toda la sociedad. Nos involucramos en este tipo de proyectos porque están vinculados a la educación y promueven aspectos educativos y culturales importantes. Se trata de dar todas las herramientas que podamos a las familias y los educadores.
¿No le abruma que familias enteras escuchen su música en todo el mundo?
Sí. La verdad es que ha sido una cosa muy inesperada porque haciendo música en catalán y, además, para infantil, parece que tuviese que ser un sector de público muy reducido. Pero cuando se dispararon los números en YouTube y empecé a ver que el canal se veía en todo el mundo, a recibir vídeos de niños y niñas cantando mis canciones fue realmente desbordante y muy emocionante.
Su proyecto está centrado en la música infantil, ¿no tiene miedo de que el público crezca?
Al revés, una de las cosas más mágicas que pasan con las canciones infantiles es que estoy cantando ahora temas que cantaba hace 23 años, que fue cuando salió mi primer disco. Muchas de mis canciones siguen siendo actuales, se siguen cantando en los colegios y los niños ven los videoclips. El repertorio siempre sigue vivo si consigues que las canciones sean una herramienta de aprendizaje, que se instauren en el entorno educativo y a los profesores les sirvan de ayuda. Hay canciones que ya tienen unos cuantos años y es muy bonito porque siguen vivas todavía.