El verano es sinónimo de vacaciones y son muchas las familias que se lanzan a la carretera y realizan un trayecto largo en coche con los niños. Este viaje podría volverse un tanto complicado por muchos factores. Al asfixiante calor y la gran cantidad de vehículos en la carretera, se le suman las quejas, lloros y mareos que pueden tener los pequeños de la casa al estar varias horas sentados sin poder moverse. Para conseguir un viaje seguro, cómodo y tranquilo es importante seguir algunas pautas, pero también preparar a los niños con una actitud positiva.
Para los niños, la inmovilidad que les supone el asiento, sin nada que hacer, puede resultar un verdadero martirio, y les hace llenar el tiempo de quejas y problemas. Por eso, debemos asumir la necesidad de buscar la manera de proporcionarles calma y diversión, por el bien de toda la familia. Debemos planificar bien nuestro trayecto si queremos disfrutar de lo que en nuestro destino nos espera, buscar ideas para entretenerlos y hacer más llevadero el viaje tanto para ellos como para nosotros.
Lo primero es la seguridad
Previamente a realizar un viaje en coche con niños es de vital importancia disponer de un sistema de retención infantil homologado para cada pequeño, según peso, altura y edad. El uso de sillita infantil es obligatorio para niños de hasta 1,35 metros de altura, aunque se recomienda su uso hasta 1,50 metros. Su uso reduce en un 75% el riesgo de muerte y en un 95% el riesgo de lesiones. Si no usas estos dispositivos, te arriesgas a poner en peligro la seguridad del menor y a una multa de 200 euros con la retirada de cuatro puntos del carnet de conducir.
Antelación
A ningún niño le gusta estar atado con arneses o el cinturón de seguridad y un viaje largo puede ser incómodo y muy cansado para él. Por ello, es importante involucrar a los pequeños en la elaboración de una lista de todo lo que se necesitará para el camino. También hay que advertirles de la duración del trayecto, de una forma que ellos entiendan. No es mala idea mostrarles un mapa por dónde pasaréis y a qué hora llegaréis, más o menos, y pensar juntos qué actividades podéis hacer durante el viaje. Se recomienda utilizar las carreteras más seguras, como autovías y autopistas, para tener una conducción más relajada y tranquila, donde encontrarás áreas de servicio para realizar paradas. Recuerda, cuando paréis, anima a los niños a salir del coche para que caminen y se muevan un poco.
La ropa, un factor importante
Es necesario cuidar la ropa para cualquier viaje, ya que en el coche vas a pasar varias horas sin moverte. En el caso de los niños, esta recomendación es más importante si no quieres que se pasen el viaje quejándose. Lo mejor es optar por ropa de algodón, transpirable y no ajustada al cuerpo. En lo que respecta la temperatura del vehículo, se recomienda entre 21 y 23 grados centígrados y mejor evitar que el ambiente sea excesivamente caluroso o frío y que el aire le llegue directamente al niño. Se aconseja llevar alguna chaqueta para taparlo en caso de que sea necesario.
Comida suave y mucha agua
Los alimentos pesados o grasientos es mejor evitarlos antes y durante el viaje, ya que provocan mareos y malestar tanto a ti como a los niños. Un adulto puede aguantarse, pero un niño no y llorará y se quejará, una situación que puede provocar gran estrés para el conductor y para el resto de pasajeros. Dales alimentos ligeros y en pocas cantidades como fruta y recuerda que las chucherías, solo provocarán picos de energía que les pondrán aún más inquietos. La hidratación también es importante, por ello, lleva varias botellas de agua y bebe durante el trayecto y en las paradas que realicéis.
Mareos
A partir de los tres años, los niños pueden sufrir mareos cuando viajan en coche. Estos pueden producirse porque el cerebro no está coordinado con las señales que reciben los oídos, responsables del sentido del equilibrio. El resultado suele ser náuseas, malestar, vómitos y sudoración excesiva. En caso de sufrirlos, abre la ventanilla y trata de que el aire le llegue a la cara. Si no se soluciona, para y refréscale la cara y la nuca con agua. Para evitarlos es recomendable realizar una comida ligera al iniciar el viaje, ya que con el estómago vacío es más fácil marearse.
El copiloto, el gran aliado
Un estudio realizado por el RACE concluía que los bebés y los niños pequeños son los acompañantes que más distracciones provocan en el conductor. La función del copiloto o de cualquier otro adulto que vaya en el coche se convierte en fundamental para ayudar a que el conductor se concentre plenamente en su tarea. En el caso de viajar un único adulto, es aconsejable dejarles a los pequeños, todo a mano, para que puedan cogerlo sin ayuda. En caso de tener que atender al pequeño, detener el coche las veces que hagan falta es la opción más segura.
Si quieres evitar atascos y las exigencias de los pequeños, lo mejor es hacer el viaje de noche. De lo contrario, sigue estos consejos y ármate de paciencia. Recuerda que lo principal es llegar sano y salvo a tu destino, así que no te pongas una hora de llegada y haz las paradas necesarias. No te estreses si surgen cambios o imprevistos durante el camino, tómatelo como una aventura más de las vacaciones y harás que tus hijos también lo vean de esa manera. Ten en cuenta que la planificación es importante, pero debes estar abierto a los contratiempos y la improvisación.