Galardonado con el Círculo del Crimen (1980) y el Premio Nacional de Literatura Juvenil (1987), el referente de la novela negra Andreu Martín (Barcelona, 1949) recibió el II Premi Trajectòria, el pasado viernes, en el transcurso del festival Creixell.Crims, en el que la novela Carpe diem, de Maria Teresa Solana, ganó la tercera edición del Premi Margarida Aritzeta - Vila de Creixell, mientras que también se otorgó una mención especial a Operació Gran Animal, de Marc Aguilar.
¿Qué significa para usted haber recibido el II Premi Trajectòria del Creixell.Crims?
Como siempre, es un honor. Un premio de estas características me permite repasar mi trabajo a lo largo de todos estos años. Es una oportunidad para celebrar y brindar por mi trayectoria.
Son más de cincuenta años dedicados a escribir novela negra. ¿Qué balance hace y cuál ha sido el momento más satisfactorio?
Precisamente, los momentos satisfactorios son como los de Creixell, es decir, aquellos en los que ves cómo reconocen tu trayectoria, sin que ello tenga que ver con la publicación de un nuevo libro. Cuando se celebra toda una vida dedicada a la literatura, la satisfacción es mayor.
¿Cuál es su secreto?
Primero, ser sincero. Después, divertirme, es decir, escribir para aquel lector que soy yo y que busca determinadas cosas en los libros. Por ello, también creo que es mi obligación, como escritor, dárselas a mis lectores.
¿Es más de detectives clásicos al estilo de Agatha Christie o se decanta por la tendencia actual en que el protagonista puede ser, por ejemplo, un periodista?
Me decanto por la investigación literaria y en este sentido soy partidario de la novela al estilo de Agatha Christie, del thriller psicológico y de la comedia policíaca. Asimismo, en mis libros no tengo protagonistas fijos, sino que procuro que cada novela sea diferente de la anterior. Entonces, lo importante es la historia, es decir, lo único que me interesa es divertirme explicando historias y que la trama sea lo más sorprendentemente posible y novedosa que pueda ofrecer. Por todo ello, procuro no partir de pretextos.
Su mente no descansa nunca.
Siempre estoy pensando en nuevas historias porque es mi trabajo, pero sin obsesionarme. Las historias se me presentan y lo único que debo haces es escoger la que me venga en gana explicar. Los relatos nos los da la realidad cada dos por tres.
¿Qué opina de la frase que la realidad supera la ficción?
Es una frase que no puedo soportar. Como buen autor de ficción, que me digan que la realidad supera la ficción no me gusta nada. Para mí, hacer esta afirmación es como si dijesen que una uva es superior a una copa de vino.
«Lo único que me interesa es divertirme explicando historias y que la trama sea lo más sorprendentemente posible y novedosa»
El cozy crime está revolucionando el panorama de la novela negra con crímenes sin violencia y protagonistas entrañables.
Cada historia necesita su manera de ser explicada. Por ello, no me cabe en la cabeza el hecho de explicar una trama partiendo de una clave de suavidad o de dureza. Cada historia reclama su manera de ser narrada, esto se sabe cuando se tiene la historia en la mano. Es una tontería escribir de una manera determinada por moda, porque te impide disfrutar del proceso.
¿Es más defensor de la justicia o de la venganza?
Soy más defensor de la justicia. Lo que ocurre es que cuando uno escribe novela negra, no puede obviar que el mundo está lleno de bondad y de maldad. Yo no escribo para hacer moral, sino para explicar el mundo tal y como me parece que funciona. Desgraciadamente, el mundo en el que vivimos no es esencialmente justo. No hace mucho que leí una frase de un autor norteamericano que decía que la justicia no tiene nada que ver con el mundo en el que vivimos; en el mundo en el que vivimos solo hay leyes, la justicia es de otro mundo.
«Empatizo con todos mis personajes, tanto con los buenos como los malos, sean hombres o mujeres... porque todos ellos son yo»
¿Considera que la novela negra es el género por excelencia de la crítica social?
Yo no pretendo criticar. Escribo para divertirme y divertir a mis lectores. El solo hecho de escribir sobre crímenes, delitos y la transgresión de la ley hace que reflejemos un mundo de una manera determinada. Las conclusiones debe extraerlas el lector, no las debe imponer el autor.
Ha reconocido que el género negro es el que habla de nuestros miedos más inmediatos.
En el género negro todo lo que les ocurre a los personajes es lo que nunca querríamos que nos pasase a nosotros mismos.
En cambio, disfrutamos leyéndolo.
Necesitamos leerlo porque sabemos que la delincuencia y el peligro existen, y nos amenazan cada día, es decir, en el momento menos esperado podemos estar frente a un ladrón, un violador o un asesino. Por esta razón, leer novela negra es una manera de exorcizar nuestros miedos, es decir, mientras los leemos en un libro, no nos pasa a nosotros.
¿Siente empatía con todos sus personajes?
Sí. Empatizo tanto con los buenos como con los malos, sean más o menos listos, sean hombres o mujeres... porque todos ellos son yo.