El excomisario José Manuel Villarejo ha afirmado este miércoles que los atentados yihadistas de 2017 podrían haberse “evitado”. “Lo mantendré toda la vida”, declaró durante su comparecencia en la comisión de investigación del Congreso sobre este tema. Villarejo argumentó que está diciendo “la verdad” porque los ciudadanos “se lo merecen”. Según él, en 2015 ya había alertado sobre este tipo de riesgos. Denunció que los ataques ocurrieron por “imprudencia o negligencia” del Estado, aunque no por un “deseo” de no evitarlos. “La gran experiencia sobre terrorismo del CNI, la Guardia Civil, la Policía e incluso los Mossos encaja poco con esta cadena de errores que se cometieron”, concluyó.
Villarejo inició su intervención lamentando que se le convoque a comisiones de investigación solo para luego acusarlo de mentir. “La mayoría de las comisiones políticas actuales se basan en mis documentos, audios, notas y correos”, añadió, negando haber alimentado la “teoría de la conspiración” sobre los atentados de 2017. “Eso es rotundamente falso”, subrayó.
Respecto al exdirector del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) Félix Sanz Roldán, Villarejo afirmó sentirse insultado por él, acusándolo de estar detrás de las “mentiras” que justificaron su detención. “Todo porque en mis notas e informes alerté, entre otras cosas, sobre el tema de los atentados”, señaló.
Villarejo reiteró que los atentados de Barcelona y Cambrils “se podrían haber evitado”, y aseguró no temer mantener esta postura. “No les tengo miedo. Estuve casi cuatro años en prisión preventiva, pero seguiré diciendo la verdad porque los ciudadanos lo merecen, especialmente las familias de las víctimas, quienes deben saber que, desde mi punto de vista, se podría haber evitado”, afirmó, matizando que esto no significa que el gobierno los “provocara”.
Sobre sus declaraciones pasadas sobre el “pequeño susto” que supuestamente el Estado quería dar a Catalunya durante el auge del procés, Villarejo recordó la supuesta “obsesión” de Sanz Roldán por crear “comandos virtuales”, los cuales Villarejo decía desactivar antes de que actuaran. Como prueba, mencionó la expulsión fallida del imam de Ripoll. “Un juez había ordenado su expulsión, pero justo después recibió una visita y un informe, y ya no lo expulsaron. Un delegado del gobierno permitió su asilo... Siempre había visitas de militares o miembros de la Guardia Civil, todos adscritos al CNI”, concluyó.