Cinco meses después de implantar zonas de aparcamiento naranjas limitadas a 15 minutos, el Ayuntamiento ha vuelto repintar de blanco algunas de esas plazas por «un bajo índice de ocupación o de utilización por parte de la ciudadanía». Concretamente, ha eliminado seis del tramo final de la avenida Ramon d’Olzina, en dirección Tarragona, y las ha vuelto a pintar de blanco. Quedan todavía unas 120 repartidas por diversas calles del municipio.
«La mayor parte de las plazas de aparcamiento dinámico de la zona naranja ‘Ara torno’ están monitorizadas mediante unos sensores que permiten obtener datos sobre su situación, ocupación por días y franjas horarias. Y estos datos se complementan con el seguimiento diario de los técnicos municipales», explica el alcalde, Pere Segura, que incide en que esta información sirve «para poder hacer una evaluación en profundidad» y «adoptar aquellas medidas correctoras que correspondan, como la eliminación de la regulación horaria» en algunas zonas en las que se determine que no es necesario, como en este caso.
El consistorio creó este sistema de parking delimitado con la voluntad, apunta Segura, de apoyar al comercio local –favoreciendo la rotación de vehículos– y facilitar a los vecinos «hacer gestiones de corta duración en zonas congestionadas» con la optimización de las plazas de aparcamiento «en las calles de máxima demanda». El límite de 15 minutos está vigente únicamente en horario comercial. A partir de las 20.00 horas se puede aparcar hasta la mañana siguiente.
Desde el primer momento, esta medida generó controversia. Un grupo de vecinos recogió más de 2.000 firmas en contra y las presentó en la Oficina d’Atenció al Ciutadà. Entre sus quejas, sostienen que esta zona naranja perjudica a los residentes porque les «obliga a aparcar lejos de su casas» y afirman que detrás hay un afán recaudatorio, pues «ahora te pueden multar si te pasas de quince minutos donde antes era gratis estacionar».
Asimismo, defienden que las «grandes superficies comerciales del municipio ya disponen de su propio parking» y que «los pequeños comercios no pierden clientes porque no se pueda aparcar en la puerta de sus negocios». «Tampoco –añaden– es lógico ubicar la zona naranja en calles donde el comercio de proximidad es nulo o donde, por antigüedad de los edificios, no hay garajes privados bajo la superficie».
El alcalde, por su parte, asegura que «no hay ningún afán recaudatorio por parte del Ayuntamiento y, por tanto, no tienen ningún fundamento las críticas minoritarias que se han podido formular interesadamente para desprestigiar esta iniciativa desde su inicio».
El nuevo sistema de aparcamiento limitado a 15 minutos funciona a través de la aplicación móvil Aparcar, la misma que para las zonas azules de Tarragona, Reus, Cambrils, Salou y Valls. Los usuarios que quieran estacionar se deben registrar previamente en la app con los datos del vehículo y, mediante la ubicación GPS, pueden validar su estancia. Además, la Policía Local también dispone de un programa de control vinculado a los datos registrados desde la aplicación.
«A las personas con dificultades para acceder a las nuevas tecnologías se les ha distribuido, de forma gratuita, discos horarios de estacionamiento», comenta Segura.
Paralelamente, recuerda, el consistorio ha adecuado un solar junto al Castell como zona de aparcamiento gratuito y sin limitación horaria, con 230 plazas.