«Nació libre como el viento. No tiene amo ni patrón. Y se mueve por instinto. Como un gorrión». Lo cantaba Joan Manel Serrat en los años 70. Le gusta andar por las ramas. Ir de balcón en balcón. Sin que nadie le eche mano.
Pues los gorriones tienen en Calafell un cielo abierto para volver a volar libres tras un proceso de recuperación, después de haber caído de nidos y ser rescatados.
Este lunes se han liberado una treintena de ejemplares en el parque de la Sínia, pero en los que va de año ya se han soltado 120 ejemplares; el pasado 2023 fueron unos 200.
¿Por qué se liberan tantos gorriones en Calafell?
Gracias al Centre de Recerca i Educació Ambiental de Calafell (CREAC), que es un centro con jaulas muy adaptadas a la recuperación de estas aves una vez que ya dejan de comer manualmente tras ser recogidas y atendidas por sufrir un accidente y necesitan aprender a comer por sí mismas y a muscular.
Son unas jaulas de 4x4x4 con posaderos y arbolado que permiten a los pájaros ir de rama en rama y dar vuelos que les fortalecen las alas hasta que se considera que pueden ser liberados.
¿De dónde llegan? De diversos centros de recuperación de aves de Catalunya. Principalmente de Barcelona, aunque también hay ejemplares que han sido encontrados en Calafell.
¿Por qué se han liberado en el parque de la Sínia? Por ser un espacio arbolado. Otras sueltas han sido en diferentes lugares del municipio, principalmente boscosos. Las aves no se van a quedar en la zona y se esparcirán de manera natural.
¿Están en retroceso?
Los gorriones han sufrido un importante retroceso, si de adultos suelen comer grano, al ser jóvenes la dieta principal es de invertebrados (insectos) y estos están en retroceso, por lo que la falta de alimento diezma las poblaciones.
Asimismo, hay que tener en cuenta la amenaza que supone para el gorrión la cotorra argentina, ya totalmente asentada en muchas localidades.
Sin embargo, algunos expertos señalan que la cada vez más significativa ausencia de gorriones en zonas urbanas en las que antes eran más habituales es por una migración de la ciudad al campo. Ya no son tan urbanitas.
En Calafell ya se han liberado gorriones de tres especies: el común, el molinero y el moruno. El director del Creac, Daniel Fernández, explica que ante la constante llegada de gorriones al centro, las liberaciones empezarán a hacerse en diferentes municipios de la comarca.
Los gorriones liberados están anillados con un número que permite saber qué ejemplar es, donde se recogió y toda la información para su seguimiento.
Dos curiosidades
Antes se veían más gorriones regordetes y redondeados, ahora son más estilizados. Fernández explica que es una cuestión de temperatura. Si sienten frío, se protegen con su plumaje, formando esa especie de redondez.
Para los totémicos: un gorrión, en la ventana o el árbol de un jardín particular, es símbolo de buenas noticias. Desde una nueva oportunidad de negocio hasta un cambio repentino en su vida amorosa, según describe Joyce Elliott en su blog dedicado a la simbología de las aves.