Una tortuga intenta hacer un nido en la playa de La Pineda

Al igual que el sábado, el ejemplar entró en la arena y se volvió al agua. Posiblemente la iluminación nocturna y el ruido podrían haber molestado la puesta de huevos

17 junio 2024 12:54 | Actualizado a 17 junio 2024 13:32
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Una tortuga boba, Caretta Caretta, ha vuelto esta pasada noche de domingo (16 de junio) a la playa de La Pineda. Se desconoce si ha sido el mismo ejemplar que hace 48 horas o una nueva tortuga.

En esta ocasión, su entrada en la playa ha sido por la zona central, a la altura del conjunto escultórico Pineda, del escultor Javier Mariscal, y que se conoce popularmente como los Pins de Mariscal. La primera incursión fue en la zona del Racó, en el extremo de la playa más cercano a Salou.

Al igual que el sábado día 15, el ejemplar de tortuga marina ha hecho una entrada en la arena, pero no se ha decidido a hacer su nido. A vuelto al mar haciendo una semicircunferencia visible en la arena.

$!Una tortuga intenta hacer un nido en la playa de La Pineda

Este segundo intento hace presuponer que podría ser la misma tortuga por la proximidad del primer intento, hace solo dos días, aunque es una hipótesis por confirmar.

Las razones de este desove fallido pueden ser varias: desde una inspección de la zona por parte de la tortuga hasta un exceso de luz y ruido que hayan hecho desistir al ejemplar de encontrar un lugar seguro para el desove.

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Cabe recordar que en esta playa ya han desovado tortugas hace unos años y una de ellas hizo hasta seis incursiones hasta encontrar en lugar más adecuado.

El ejemplar hembra alcanzó la orilla en la madrugada del 16 de julio de 2020 y desovó cerca del mar. Tras enterrar el nido, se le colocó un geolocalizador (se hizo seguimiento de la tortuga desde la primera incursión en la playa) antes de dejarla en libertad.

51 huevos se trasladaron hasta una incubadora del Centre de Recuperació d’Animals Marins (CRAM) y el resto (hasta llegar a 144) se dejaron enterrados y vallados.

Al año siguiente, en el mes de julio, el CRAM liberó a unos cuantos ejemplares de aquel desove de 2020, devolviendo al mar aquellas crías que habían sido incubadas y estudiadas antes de devolverlas al mar desde la misma playa donde llegó su madre.

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