Durante meses los vecinos de El Vendrell han visto como el dramaturgo Àngel Guimerà y los personajes de sus obras más célebres, Maria Rosa, Terra Baixa y la Filla del Mar, florecían en una de las fachadas del museo dedicado al escritor.
La creación de un mural dedicado a Guimerà en la casa en la que pasó su juventud, ha sido como una de sus representaciones teatrales. Mientras el artista Ignasi Blanch extraía de la pared a los personajes literarios, se componían conversaciones, recuerdos y confidencias con los vecinos como en los mejores guiones.
El mural es en conmemoración del centenario de la muerte de Àngel Guimerà. El dramaturgo más prolífico y traducido de la lengua catalana defendía que la cultura debía ser accesible a todo el pueblo. Que los museos no tengan paredes. O en todo caso enormes ventanas que permitan mostrar su interior.
Es lo que pretende la obra de Ignasi Blanch. Allí están Guimerà y su Filla del Mar, Terra Baixa y Maria Rosa. Para quien quiera sumergirse en unas lecturas que ponen a la mujer luchadora en el foco.
No eran pasivas las mujeres de Guimerà. «Aquí están mis sentimientos por encima de convencionalismos». Y eso a finales del XIX y principios del XX. Rompiendo todos los esquemas de la época. Y Sus obras teatrales eran el principal espectáculo para el pueblo. «La cultura no ha de ser vista como una cosa para unos pocos».
Su estilo y sobre todo cómo llegaba al pueblo le valió a ser propuesto por la Reial Acadèmia de Bones Lletres como candidato a Premio Nobel cada año desde 1906 hasta 1923.
Ni diferencias ni barreras
«No hay diferencias ni barreras que se interpongan entre las personas», decía el artista. Tampoco paredes que encierren a la cultura en sus museos. Por eso Guimerà y sus personajes han brotado en la fachada de la calle Conflent.
Más que una obra pictórica es una invitación a descubrir al artista. A levantar un telón que encierra pasiones. Para el pintor, primero un reto, ahora un orgullo. Para los vecinos una invitación a descubrir.