La adecuación completa del Camí de Ronda de Salou, desde la zona de Pilons hasta el Racó de Salou, junto a La Pineda, podría ser una realidad dentro de un año, entre finales de 2022 y primeros de 2023. Esa es la nueva fecha que contempla el Ayuntamiento salouense tras la reciente reunión con la delegada del Gobierno en Catalunya, Teresa Cunillera, para abordar ese tema, entre otros.
Ahora mismo existen dos pequeños tramos del recorrido que quedan pendientes de realización por parte del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, a través de la Dirección General de Costas: desde la Punta Roja hasta la Penya Tallada y la pasarela de Cala Morisca, hasta el Parc de les Ànimes.
Al Estado también le resta el tramo que transcurre por terrenos públicos portuarios, en los que se ubica una parte del yacimiento de Kalípolis (ciudad internacional del comercio del año 400 AC) y otros elementos del patrimonio histórico, como las trincheras y baterías de defensa de la Guerra Civil; en este tramo debe actuar el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, a través de la Autoritat Portuaria.
El alcalde de Salou, Pere Granados, explicó sobre el terreno a la delegada que actuaciones como las que se llevan a cabo en el Camí de Ronda forman parte del trabajo para convertir el municipio en sostenible, inteligente y desestacionalizado.
El Ayuntamiento lleva invertidos casi cinco millones de euros en los últimos años en la compra de terrenos del Camí de Ronda para pasarlos a titularidad municipal. Es un proyecto clave para Salou no sólo por la recuperación y protección de la naturaleza y el paisaje del Cap Salou, sino también por el trabajo de recuperación histórica y geológica que verá la luz en breve mediante el proyecto ‘Un Paseo por la Historia de Salou’.
En paralelo a las conversaciones con el Estado el Ayuntamiento ha adjudicado las obras de continuación y mejora del tramo comprendido entre los puntos M-94 y M-105 ubicados en el conocido como el pasaje de la mala dona junto a Cala Crancs.
Los trabajos, que tienen un presupuesto de 117.000 euros y estarán finalizados antes de Semana Santa, se centran en el tramo que va de las Casas Blanques hasta llegar a Cala Crancs, por primera línea de mar.
Se habilitará un camino en condiciones junto a los apartamentos de Cases Blanques para que la gente no tenga que saltar por las rocas hasta la playa. Al recorrido actual se le dará más anchura, hasta los 1,80 metros, aproximadamente, para que pueda transitarse en condiciones.
Ahora mismo hay un sendero estrecho que se abrió en su día para que pudiera pasar la gente. Los visitantes pueden llegar sin dificultad por este punto, y en él tienen que bajar por las rocas para llegar a la playa de Cala Crancs.
Luego, para continuar el Camí de Ronda, tienen que traspasar por medio de la arena de la playa y bajar por unas rocas que, cuando hay mala mar, debido a la desigualdad del terreno, representa una dificultad sobre todo para los niños y la gente mayor.
El nuevo camino tendrá barandillas de madera en los lugares en los que haya desnivel, pero el resto será de sablón. El concejal de Territori, Marc Montagut, ha explicado que «queremos que el camino sea lo más natural posible y por donde se pasa queremos que se respete al máximo la vegetación, ya que es un lugar en el que hay maquia litoral».
Estos trabajos se unirán a las obras que la pasada semana empezaron en el tramo que se encuentra dentro de los terrenos propiedad del Port de Tarragona. Las tareas que se están llevando a cabo estos primeros días son de derribo de los elementos antiguos, como vallas o muros, que serán reemplazados en las próximas semanas.
La actuación que ahora comienza mejorará los 1,250 kilómetros de itinerario desde la Batería de La Atalaya, vestigio de la Guerra Civil, cerca de la calle Glorieta Cabo de Salou hasta la calle Vaporet, en el límite con la Pineda (Vila-seca). La inversión es de 86.000 euros (IVA excluido) y un plazo de ejecución de 2 meses.