El juez de la Audiencia Nacional José Luis Calama Teixeira prorrogó ayer la prisión provisional a Driss Oukabir, Mohamed Houli Chemlal y Said Ben Iazza, los tres sospechosos que se encuentran en prisión provisional por los atentados de Barcelona y Cambrils de agosto de 2017 que causaron 16 muertos y unos 300 heridos, según informaron fuentes jurídicas.
Debido a que los tres llevan casi dos años en prisión provisional, ayer se celebró una vista en la que acusaciones y defensas expusieron sus argumentos para pedir o no la prórroga del encarcelamiento. El magistrado decidió mantener la medida por dos años más, que es el límite legal de la prisión provisional. Oukabir y Houli están procesados por los delitos de integración en organización terrorista, fabricación, tenencia y depósito de explosivos y estragos en grado de tentativa. A Iazza, quien fue detenido meses después de los atentados en Castellón, se le atribuye el delito de colaboración en organización terrorista.
Según fuentes jurídicas, en la vista de ayer tanto la Fiscalía de la Audiencia Nacional como las acusaciones populares y particulares pidieron la prórroga de la situación de prisión. Las defensas, por su lado, alegaron arraigo familiar para solicitar que se les dejara en libertad provisionalmente con medidas cautelares.
Oukabir alega que no hay pruebas
La de Driss Oukabir apuntó además, tal y como señalaron las fuentes consultadas, que no hay pruebas de la participación de su cliente en la comisión de los atentados. Como Houli e Iazza, no está procesado por asesinatos terroristas porque el anterior instructor de la causa, el juez Fernando Andreu, determinó que no existen indicios de que conocieran los planes que finalmente llevó a cabo la célula yihadista.
Según el relato que hizo el magistrado en el auto de procesamiento, el objetivo de la célula terrorista, a la que sí considera que pertenecían los sospechosos, era el de cometer varios atentados mediante el uso del explosivo que estaban fabricando en la vivienda de Alcanar, pero que la explosión que se produjo el 16 de agosto «frustró e imposibilitó la posibilidad de seguir adelante con los planes terroristas trazados».
En este sentido, concluye que no hay indicios de que los procesados hubieran conocido o participado en los nuevos planes delictivos adoptados por el resto de los integrantes de la célula -Mohamed y Omar Hichamy, Younes y Houssaine Abouyaaqoub, Moussa Oukabir y Said Aalla-, los cuales fueron abatidos horas después de los atentados por los Mossos d’Esquadra.