Singularidades son los días grises en agosto, con nubes amenazando lluvia, las aguas claras y arenas doradas de Torredembarra en ausencia de bañistas. También lo es la playa de Els Muntanyans de Torredembarra. Es un espacio sin igual, es la única playa natural –es decir, que conserva la biodiversidad, dunas y marismas originales de la zona– que hay en los más de 140 km de litoral que separan el Delta de l’Ebre y el del Llobregat.
El valor del espacio natural es reconocido oficialmente, recibe la consideración de área protegida, una categoría que desde el municipio consideran insuficiente.
El Ayuntamiento sabe la importancia de proteger y promover su singular espacio. Por eso mismo, la concejalía de Sostenibilidad ha impulsado unas visitas guiadas gratuitas por Els Muntanyans. Ya hace años que se organiza esta actividad a finales de la temporada veraniega; este verano habrá tres sesiones, el 13 y 27 de agosto y el 10 de septiembre –para inscribirse debe mandar un correo a sostenibilitat@torredembarra.cat–.
Sin embargo, desde el consistorio aseguran que están trabajando para desestacionalizar las visitas y que se organicen excursiones desde las escuelas; así, se dignifica el entorno y se da a conocer.
Entre patos y dunas
La pasada semana tuvo lugar la primera de las tres visitas. Por suerte, el tiempo dio tregua y no llovió. 17 asistentes se reúnen a las siete de la tarde frente a Cal Bofill para conocer y pasear por el Sender Blau. La procedencia de los visitantes es variada, tanto torrenses y vecinos de la comarca como madrileños y aragoneses que veranean en el pueblo.
Una vez que se ha pasado lista, nos dirigimos al acceso del Espacio Natural mientras el guía, Xavi Callejo –que a su vez es operario de sostenibilidad del consistorio– expone la importancia y valor de la playa. «Aquí, antes la gente venía a jugar al fútbol y a hacer paellas», explica. Sin duda se ha hecho una considerable labor de protección y recuperación del entorno. Pese a las diferencias internas, asociaciones y el Ayuntamiento trabajan juntos para conservar este entorno.
Xavi nos invita a subir a una de las emblemáticas torres de vigía para apreciar la panorámica de la playa. Los más avispados ven incluso un grupo de conejos correteando por las dunas. Els Muntanyans es parada de varias aves migratorias, algunos años han llegado flamencos, pero esta vez no hubo suerte.
El recorrido prosigue por los senderos entre la vegetación hasta llegar a las dunas. Las lagunas se han secado, como ya es habitual en estas fechas; unos patos se pasean curiosos entre los visitantes.
Burocracia y mantenimiento
Las plataformas están algo descuidadas, la maleza y las ramas invaden el camino y aumentan la sensación de aventura. Callejo y Angie Muñoz, concejala de Sostenibilidad también presente, denuncian que esto se debe a que la gestión del espacio corresponde a la Generalitat, –que, a su vez, recibe la concesión del Ministerio–. Esta debe autorizar a los municipios y les facilita subvenciones para que gestionen algunas tareas de mantenimiento.
«Nosotros como Ayuntamiento poco podemos hacer», lamenta Muñoz y explica que incluso para cambiar un triste tablón o renovar los carteles deben pedir permiso. El trámite es muy lento, mucho. Afortunadamente, se han aprobado los presupuestos para rehabilitar el recorrido para invidentes y pronto se prevé la retirada de la flora invasora.
Visibilidad y respeto
Llegamos al final del recorrido. Los asistentes se marchan más que satisfechos, pero se quedan con las ganas de conocer la totalidad de la playa. «La gente no es consciente de lo que tenemos aquí», comentan unos vecinos, preocupados por la amenaza de vandalismo y reclaman una mayor sensibilización del valor de la zona. Otros agradecen que haya iniciativas que den visibilidad a espacios naturales tan singulares: «Tenemos mucha suerte; si conoces realmente lo que hay aquí, te das cuenta de lo especial que es».
Las últimas horas de luz son el mejor momento para visitar la playa. Es bonito, pese a que Els Muntanyans está asfixiado por los bañistas, campings y el ferrocarril. Su supervivencia es meritoria. La clave está en encontrar el equilibrio entre la actuación natural del entorno y las actuaciones de mantenimiento.
«La naturaleza es de donde aprendemos y nos sustentamos. Tenemos que tener esta consciencia para mantener y preservar espacios como este, siempre desde la postura de aprendices y con respeto, porque estaba aquí mucho antes que nosotros». Este es el mensaje que nos deja Xavi.
«Tenemos que mantener y preservar la naturaleza y espacios como este, siempre desde la postura de aprendices y con respeto, porque estaban aquí mucho antes que nosotros» Xavi Callejo, guía y operario de sostenibilidad