La licitación de los chiringuitos de playa se ha convertido en un auténtico quebradero de cabeza para el Ayuntamiento de Cambrils. Mientras los antiguos adjudicatarios han solicitado en los juzgados la suspensión cautelar del concurso para las temporadas 2022-2025 por las distintas iregularidades que a su entender se han cometido y piden la convocatoria de otro nuevo, los actuales gestores también se sienten enormemente perjudicados.
Los nuevos chiringuitos ya tuvieron que aplazar el inicio de la campaña estival, respecto a las fechas inicialmente previstas, debido a la tardanza en la instalación de las nuevas acometidas (agua, alcantarillado y electricidad). Y seguían sin estar finalizadas cuando algunas de las empresas adjudicatarias decidieron empezar a montar sus módulos (desde primeros de mayo).
Todos ellos lo hicieron con la esperanza de que las conexiones estuvieran acabadas al cabo de unos días. Y así fue en el caso del agua y el alcantarillado, pero no con la electricidad.
Los tres primeros chiringuitos que abrieron puertas en las playas cambrilenses a inicios de junio se vieron obligados a hacerlo con grupos electrógenos, indispensables para que funcionen todos los utensilios para cocinar y las cámaras frigoríficas. Desde el Ayuntamiento de Cambrils se les informó entonces a esos tres adjudicatarios y al resto de empresarios que en 15 días el tema estaría ya resuelto.
Pero la realidad es que a día de hoy funcionan con generadores la totalidad de los 13 chiringuitos que hay este verano en las playas cambrilenses (hubo dos renuncias sobre los 15 adjudicados inicialmente; los otros seis ofertados quedaron desiertos).
Una situación que llevará a los empresarios a reclamar al Ayuntamiento una compensación cuando acabe la temporada, según ha podido saber el Diari.
Los costes diarios que asume cada chiringuito por el uso de los grupos electrógenos alcanzan los 40 euros por su alquiler y entre 100 y 200 euros por el gasóleo consumido, ya que funcionan ininterrumpidamente las 24 horas y el precio del carburante fluctúa al alza durante los últimos días.
Cantidades que se añaden a la fuerte inversión que ya tuvieron que realizar, superior a los 300.000 euros (150.000 solo para la estructura del chiringuito; 100.000 más para mobiliario, cocina, cámaras frigoríficas, etc; y el resto en gastos de montaje y desmontaje, pupilaje, cánones a pagar al Ayuntamiento, Generalitat y Costas del Estado).
De hecho los empresarios, que se están constituyendo como asociación, ya plantearon esa reclamación al consistorio en una reunión reciente en la que se abordó ese tema y otras problemáticas.
Lo admiten desde el propio Ayuntamiento, que se muestra predispuesto «a encontrar una solución» cuando llegue el momento. Sin embargo fuentes municipales dejan claro que la tardanza no es responsabilidad suya sino de la empresa encargada de realizar la conexión eléctrica y todos los trámites necesarios.
Los generadores no sólo perjudican a las arcas de los empresarios sino que provocan además una mala imagen del municipio que choca de lleno con la modernidad del sector que buscaba el Ayuntamiento con la nueva licitación. Sin olvidar las molestias que generan los aparatos, en forma de ruido y olor a gasóleo, a los vecinos que tienen sus viviendas a escasos metros de los chiringuitos (sobre todo en las urbanizaciones de Ponent del paseo marítimo y en Vilafortuny). Funcionan día y noche.
Los chiringuitos tenían claro que debían estar abiertos durante las verbenas de Sant Joan -la que más trabajan de todo el año- y la de Sant Pere del día 28.