Las imágenes inéditas que salvaron al poblado ibérico de Calafell

El carrete estaba extraviado y sin etiquetar. Ha tenido que escanearse

30 junio 2024 20:27 | Actualizado a 01 julio 2024 07:00

Durante las excavaciones se tomaron centenares de fotos que quedaron inmortalizadas en decenas de carretes para ilustrar el hallazgo y profundizar en el estudio. Además, los arqueólogos paralelamente levantaban un plano milimétrico de lo que iba apareciendo bajo tierra.

Pero uno de aquellos carretes que tomó el arqueólogo Joan Santacana y su equipo hace cuatro décadas quedó arrinconado, casi en el olvido; separado de sus compañeros, que se fueron depositando en la Universitat de Barcelona para su estudio.

No hace mucho Santacana encontró ese carrete extraviado entre documentación de excavaciones, informes y otros carretes etiquetados. Pero aquel estaba huérfano de identificación.

Rescatar las imágenes

«No sabía lo que podía haber en él», explica Santacana. Así que pidió a Jordi Nin, especialista en tratamiento de imágenes de Calafell, si podía recuperar lo que escondía ese torno de película fotográfica.

Mediante un sistema de scanner se ha relevado la incógnita mostrando imágenes en blanco y negro: son fotos de la excavación de lo que hoy es el poblado ibérico de Calafell en la entonces urbanización Alorda Park.

$!La imagen muestra los muros transversales y un nivel de pavimentación.

Se han podido rescatar una treintena de imágenes, una decena están veladas e indescifrables.

Santacana data las imágenes en junio o julio de 1984. Hacía solo un año que el yacimiento había sido identificado, pero por razones burocráticas no pudo comenzarse la excavación.

Los arqueólogos advertían de la riqueza arqueológica de la zona, pero la voracidad constructiva era implacable

Antes, ni el Ayuntamiento de la época ni el Servei d’Arqueologia de la Generalitat creyeron que bajo esas tierras pudiese haber un interés histórico del que avisaban los arqueólogos de la zona. Y es que no había ningún resto visible, todo estaba en el subsuelo.

Fueron las obras realizadas para construir la nueva urbanización del Alorda Park las que pusieron al descubierto la riqueza histórica que albergaba la zona. Las máquinas recortaron la montaña donde ahora está el yacimiento y en su avance pusieron al descubierto unos muros y estructuras de gran valor.

$!El perfil noroccidental del yacimiento en sus primeros diez metros.

«Debía pararse la urbanización», recuerda Joan Santacana. Pero en aquellos momentos frenar una inversión de ese tipo era complicado. Había muchos intereses económicos por el medio. Quién sabe lo que desapareció para siempre, no solo en el Alorda, sino donde ahora están los restos de lo que fue la discoteca de Louie Vega, colindante con el actual poblado ibérico.

«Entonces los promotores no querían saber nada», señala Santacana. «Las máquinas amenazaban con avanzar sin piedad».

La pareja de la guardia urbana

Una pareja de chicas de la guardia urbana local y que después pasaron a la Guardia Civil fueron providenciales para frenar la destrucción, logrando parar momentáneamente los trabajos.

La pareja de la guardia urbana logró frenar temporalmente la destrucción y dio tiempo a los investigadores

«Ese tiempo fue clave», explica Santacana. Se expuso la situación al arqueólogo territorial de Tarragona, Xavier Dupré, que logró frenar definitivamente a las máquinas.

Fue cuando pudo comenzar una excavación de urgencia con los historiadores Joan Sanmartí, en Ramón Serra, y el propio Santacana.

$!Las imágenes inéditas que salvaron al poblado ibérico de Calafell

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$!Los perfiles que levantó la arqueóloga Astrid Leep.

Pero debía ser una excavación de urgencia, ya que las máquinas y excavadoras esperaban casi en la puerta. Debía demostrarse que aquellos restos eran un importante yacimiento ibérico.

La limpieza del perfil fue a cargo de la arqueóloga Astrid Leep, que en apenas diez días limpió la zona y levantó unos milimétricos planos para concluir que era un asentamiento íbero bien conservado con estratigrafía suficiente y que databa del siglo V antes de Cristo al II a. C.

El carrete de fotografías recuperado muestra ese perfil estratigráfico. El primero que se hizo del yacimiento y que sirvió de guía para una excavación del conjunto. También permite comparar la exactitud con la que se hicieron los planos.

$!El perfil en sus últimos metros. Los muros son los del recinto en el lugar identificado como el de culto.

Ante aquellas fotos, hasta los que más dudaron de la potencia arqueológica de la zona, tuvieron que dar su brazo a torcer. El largo corte estratigráfico que atravesaba la montaña donde estaba el yacimiento proporcionaba una cronología precisa y mostraba una potencia conservada de más de un metro y medio de sedimento.

Lo que nunca se sabrá si había algo bajo la hoy urbanización de la zona y los terrenos donde estaba la mítica discoteca o la voracidad de la época arrasaron con la historia.

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