Cambrils o Vinyols i els Arcs. Este es el dilema con el que se encuentran los usuarios de las zonas azules situadas en el límite de las dos localidades. A modo de ejemplo, el párking reglado de la calle Colom está dividido. A un lado pertenece a Cambrils y en el otro se está en Vinyols. Esta situación geográfica ha sido así desde tiempo atrás pero no había afectado al aparcamiento hasta este junio, cuando finalizó, a pesar de ser de municipios distintos, la gestión unificada por la empresa Aparcam, empresa municipal cambrilense.
En 2016 los dos consistorios firmaron un convenio de un año por la gestión de las zonas azules que expiró en junio y que de mutuo acuerdo se decidió no renovar. A partir de entonces los dos municipios tomaron caminos distintos en lo referente a este aspecto y Vinyols decidió delegar la gestión de sus espacios a la empresa Eysa.
En el momento en que apareció un nuevo actor en la partida significó el inicio de utilización de dos estructuras distintas para la receptación y acto seguido empezó la confusión.
El hecho de que zonas de aparcamiento de una misma calle pertenecieran a empresas distintas de un mismo sector causa ciertos problemas. Los vecinos y, sobretodo, los turistas que tenían cerca del área su alojamiento, empezaron a confundir unos parquímetros con otros a la hora de sacar el tícket de modo que aparcando en Cambrils se colocaba un recibo de Vinyols porque estaba más cercano al punto de estacionamiento o viceversa.
Si para los vecinos y ciudadanos españoles ya es una empresa con dificultades, para los turistas el asunto va un paso más allá al no conocer ni siquiera el idioma de aquellos vigilantes de los parquímetros.
Desde junio el párking se gestiona por separado, una vez finalizado el anterior acuerdo
Estos turisatas extranjeros confesaban esta semana al ser preguntado por la confusión de las zonas azules que no eran conscientes de lo que pasaba tanto en la calle Colom como en la calle Sant Joan, donde el ayuntamiento de Vinyols i els Arcs ha decido cambiar su zona azul correspondiente por una de gratuita para minimizar los daños.
Aun así, llevan el tema del debate hacia otro lugar y replican que la oferta de aparcamiento en una zona en la que hay distintos hoteles y otras tipologías de alojamiento es muy inferior a la demanda.
Añaden que algunos se ven obligados a aparcar en solares vacíos cercanos donde algunas veces han sufrido algún tipo de robo al estar lejos de zonas de paso y con medidas de seguridad nulas.
No obstante, en lo relativo al aparcamiento, detallan estos turistas que la mayoría de las veces uno llega con el equipaje y hasta con los niños a un sitio al que no ha estado antes de manera que los nervios del momento no le hacen fijarse en detalles como el de tener un parquímetro al lado e ir igualmente a uno que se encuentra en el otro lado y más adelante.
Del mismo modo, desde los establecimientos turísticos cercanos a estas calles fronterizas explican que intentan, siempre que les es posible, advertir a sus clientes de una situación que es nueva hasta oara los huéspedes más habituales.
Personal de hoteles cercanos a la calle Colom de Cambrils comentan que los clientes de estos equipamientos muchas veces se encuentran confundidos y por equivocación ponen un tique que no se corresponde con el espacio donde aparcan. Para reducir estas distracciones, los dos municipios han rotulado los suelos con su localidad correspondiente, pero confiensan que es una medida insuficiente porque las letras no son visibles en todas partes y siguen generando malentendidos.
No hay que olvidar que la Costa Daurada es una de las zonas con más afluencia de turistas en verano con un público tanto provenientes del mercado nacional como internacional. Estos turistas que llegan en los meses de julio, agosto y septiembre, a menudo tienen la destinación como una opción fija para pasar el periodo estival año tras año.
Ciudadanos franceses, holandeses o alemanes llenan cada año playas y zonas recreativas de las cuales este territorio es uno de los más destacados. El sector terciario, el de los servicios, vive entonces su temporada alta y observa como las ocupaciones llegan al límite incrementando considerablemente la población.
Acuerdo entre políticos
Cada una de las zonas se encuentra vigilada por personal adjudicado por las empresas. Estos agentes son los encargados de advertir a aquellos que se equivoquen de lado de su error. En un inicio se imponían amonestaciones de 6 euros por parte de Cambrils y 11 euros por parte de Vinyols, pero esta acción ya no se aplica. Los dos ayuntamientos han visto que todos los casos eran resultado de un «despiste» y han decidido no seguir adelante con la medida. Fuentes del ayuntamiento de Vinyols i els Arcs recalcan que en la última junta de gobierno fueron estimadas todas las alegaciones presentadas por este motivo. Esta administración pero, reconoce que «el marcado del suelo no es suficiente» para como señal preventiva y explica que se están estudiando otros métodos de cara al futuro como la opción de pintar las secciones de tonalidades azules diferenciables más allá de las letras.
Uno de los asuntos que de inicio sucitava más controversia era el tema tarifario ya que los dos casos aplican tasas diferentes para marcar el tiempo del estacionamiento. Mientras el baremo en Vinyols va de los 0,90 hasta 4,10 euros con un máximo de cuatro horas para poder aparcar, en Cambrils el parquímetro empieza a contar en 1,10 subiendo hasta los 4,40 euros. El caso de estos dos municipios no es exclusivo ya que todos los terrenos municipales que lindan con otros de titularidad distinta pueden suscitar dudas. Por du parte el ayuntamiento de Cambrils no ha querido hacer declaraciones alegando que ya se ha encontrado una solución a la problemática.
Inicialmente, la sanción era de 11 euros en Cambrils y 6 en las zonas de Vinyols
Después de un mes de dudas generalizadas entre los vecinos y los visitantes esporádicos, parece que la situación vuelve a tomar su cauce natural y a iniciar el retorno hacia el estadio anterior. Ciertamente el sistema recaudatorio ha cambiado en el momento en que Aparcam ha perdido el monopolio de gestión de la zona. Por otro lado, los vecinos recuperaran sus dinámicas tradicionales en este sentido y al ir y venir constante de turistas no se le tendrán que sumar las quejas de aquellos que se encontraban con avisos en los parabrisas de su vehículo después de no haber tenido en cuenta en que lado de la calzada aparcaban.
A la gestión de la superpoblación en Vinyols y Cambrils en verano ya se les puede restar un punto conflictivo potencial.