Los alojamientos turísticos de Tarragona registraron en 2022 más de 17,5 millones de pernoctaciones, unos datos que todavía no igualan a los que se obtuvieron el año previo a la pandemia, pero que demuestran la capacidad de recuperación que ha tenido el sector tras tocar fondo en 2020. Un buen indicador que demuestra este resarcimiento del turismo en la Costa Daurada lo encontramos en la recaudación de la tasa turística. Un impuesto que no solo ha recuperado las cifras previas al Covid, sino que las ha superado, motivado en buena parte por el incremento que entró en vigor a finales de 2021 del importe que grava todas las estancias en alojamientos turísticos de Catalunya.
La Generalitat recaudó en la temporada turística 2022 casi 53 millones de euros, de los que 9 procedieron de los alojamientos de la provincia de Tarragona (+1,6MEUR respecto al mismo período de 2019). A nivel local, Salou representa más del 40% de lo que se ingresó por este concepto en la demarcación, con 3,8 millones de euros que le sitúan como el segundo municipio en recaudación de toda Catalunya. Cabe remarcar que los datos publicados de 2022 incluyen únicamente lo que generó este tributo entre abril y septiembre, a falta de liquidar el segundo semestre, que acaba el 31 de marzo.
En esos meses, que concentran la actividad turística en nuestro destino, los 9 millones de recaudación de la tasa en la demarcación de Tarragona ya suponían superar el global de lo que generó 2019 (8,4 MEUR), año récord antes del desplome del turismo.
Así, las estancias en los hoteles, campings y apartamentos turísticos de Salou generaron en la última campaña 3.812.000 euros, lo que confirma a la capital de la Costa Daurada como el segundo municipio de Catalunya que más recauda con la tasa turística, por detrás únicamente de la ciudad de Barcelona (24,6 millones). Desde que entró en vigor la tasa, hace ya más de diez años, los alojamientos turísticos de Salou han supuesto 27,5 millones de euros en ingresos para las arcas públicas.
Asimismo, los otros dos grandes destinos de la provincia por volumen de alojamientos, Cambrils y Vila-seca, se sitúan igualmente entre los seis mayores perceptores. En concreto, Cambrils generó 1.280.000 euros y fue el cuarto destino en ingresos por el impuesto turístico, mientras que Vila-seca fue el sexto, con 1.043.000 euros. Por delante de las dos se sitúa, en tercer lugar Lloret de Mar, con 2.967.875 euros; y entre ambas Santa Susanna, quinta con 1.064.153€.
El resto de destinos de Tarragona se encuentran lejos de estas cifras. La ciudad de Tarragona, por ejemplo, ingresó 474.221 en este concepto la pasada temporada; Mont-roig del Camp; 405.741; y El Vendrell, 305.314.
La mitad de este dinero vuelve a los municipios donde se han generado para que los ayuntamientos impulsen iniciativas de promoción o mejoras para el sector turístico. Aquí, desde hace diez años Salou, Cambrils y Vila-seca impulsan una serie de acciones de forma conjunta con estos ingresos junto a la Diputació y el sector privado.
En este sentido, el portavoz de la Federación Empresarial de Hostelería y Turismo de la provincia de Tarragona (FEHT), Xavier Guardià, cuenta que «en los años de pandemia la recaudación bajó muchísimo. Sin turistas no había tasa, pero los ayuntamientos hicieron un esfuerzo extra para poner la misma cantidad y eso lo agradecimos mucho de cara a poder reactivar nuestra actividad. De este modo, aunque la recaudación fluctúe, se ha asegurado que haya una cantidad fija para promocionar el destino».
Incremento del importe
La Generalitat aprobó en 2020 una segunda subida de la tasa que los turistas pagan por noche de estancia en un alojamiento de Catalunya. En 2017 ya se incrementó la cantidad de este impuesto que nació en 2012 entre las críticas del sector. En octubre del 2021 se volvió a subir, algo que volvieron a ver con recelo desde las empresas de alojamiento, que son las encargadas de cobrar esta tasa a sus clientes y que lo ven como una agravio respecto a otros destinos que pueden ser competencia.
«La tasa turística no existe en todas partes y a veces supone un coste añadido. Teóricamente, por una habitación con un precio igual aquí o en otro destino de alrededor, nuestro cliente debe pagar un poco más por este impuesto», señala el portavoz de los empresarios turísticos de Tarragona. Aun así, «lo importante es que lo que se recaude sirva para hacer un buen servicio. Al final son recursos para poder hacer promoción del destino. Es un pez que se muerde la cola», sostiene.