¿Qué hacen un belga, un letón, un holandés, un italiano, un danés y un español en La Pineda? La pregunta podría inducir a un chiste, pero la respuesta es que los titulares de estas nacionalidades, cuatro hombres y cuatro mujeres, son la procedencia de ocho artistas europeos que han venido a modelar la 21 edición del pesebre de La Pineda en su vigésimo aniversario.
Des de el miércoles y hasta el próximo martes, día de la inauguración oficial de la escultura de arena en la playa, estos artistas internacionales y nacionales moldearán en una superficie de unos 200 metros cuadrados ubicada en el Pinar del Perruquet un nuevo belén original que mantendrá la esencia de la Navidad (las figuras icónicas del pesebre), pero con un toque personal aportado por cada uno de sus autores.
Al mando de este equipo sigue Núria Vallverdú, quien hoy viernes en la presentación de los trabajos rompió una de las tradiciones de esta presentación afirmando la temática acordada para este año de aniversario. «El pesebre, en un año tan complicado, tendrá su parte positiva y las figuras se levantan a partir de cuentos infantiles». Así, cada una de las montañas de arena compactadas estos últimos días (400 toneladas en total) representarán a las figuras del belén, pero su contexto estará enmarcado en cuentos y el decorado permitirá descubrir cuál de ellos es.
La concejal de Turisme, Cristina Cid, admite que a pesar de ser un año complicado y que las visitas estarán condicionadas a la flexibilidad de las restricciones de movilidad, «queremos mantener esta tradición que de forma ininterrumpida cumple 20 años. Es una marca de territorio y nació para desestacionalizar. Esta edición quizá haya menos público por las restricciones, pero confiamos en que vendrán muchos visitantes durante estas fiestas».
Además del pesebre de arena, que tendrá un recorrido marcado para garantizar la seguridad sanitaria, también se ha pensado para aquellas personas con movilidad reducida. «Todo el mundo podrá disfrutar del conjunto escultórico con las máximas garantías», añade la vicepresidenta dle Patronat de turisme, Esmeralda Núñez.
En ediciones anteriores, además de las cámaras de seguridad se patrullaba puntualmente fuera del horario de visita para evitar actos vandálicos. En esta ocasión, las cámaras serán «los ojos» que velarán para que nadie destroce este pesebre icónico de la playa de La Pineda.
Junto al belén se instalarán ocho casetas con productos navideños. Para echar un vistazo o comprar, también habrá un recorrido de entrada y salida y se tomará la temperatura de la clientela, además de velar de que todo el mundo lleve mascarilla y se respeten las distancias de seguridad sanitaria. La concejal ha admitido que las restricciones han impedido algunos eventos, pero se mantiene el mercadillo navideño.
Medidas para los artistas
Más allá de la seguridad de los visitantes, que podrán visitar el grupo escultórico a partir del próximo martes, este año los ocho artistas que elaboran el pesebre también se han adaptado a la normativa de seguridad sanitaria que impera en Catalunya.
Vallverdú explica que los seis extranjeros aterrizaron con la acreditación de una PCR negativa y que en el hotel cada uno tiene su habitación. Admitía que en las comidas como en el trabajo se interrelacionan con mascarilla, pero al ser un grupo burbuja «confiamos en que estemos protegidos y que todo vaya bien», admitía la coordinadora.
Otra de las costumbres que han debido asimilar los artistas procedentes de otros países de Europa es el uso d ela mascarilla siempre. Núria Vallverdú admitía que algunos no han tenido la necesidad de usarla cuando iban por la calle de sus ciudades y solo se ponían en espacios cerrados. Sin embargo, una vez en España, la mascarilla no se la pueden quitar salvo en la habitación o cuando se toman un descanso para comer.