El Pessebre de Sorra de La Pineda ha pulverizado este año su récord de visitantes. A falta del balance final, desde el pasado 1 de diciembre que se empezó a construir, y hasta el 2 de enero, la representación escultórica ha recibido en el Parc del Pinar de Perruquet a más de 240.000 personas. Un dato que multiplica por diez la cifra habitual de otros años, que rondaba entre las 25.000 y las 30.000 personas. Desde el Ayuntamiento de Vila-seca explican que, en esta ocasión, el cálculo de visitantes es más preciso, ya que se realiza mediante el nuevo sensor que se ha instalado en el parque y que mide la afluencia de personas captando la señal de los teléfonos móviles.
«Ha superado todas nuestras expectativas», reconoce Lluïsa Clavé, presidenta del Patronat de Turisme de Vila-seca, que recalca la fuerte apuesta que se ha hecho para celebrar los 25 años del pesebre y que «nos posiciona como destino de Navidad», sostiene. «Mucha gente ya conocía el pesebre, que ya era un referente cultural y turístico. Hacerlo más grande y programar más actividades culturales y familiares, como el Nomad, ha animado a mucha más gente y ha hecho que se convierta en un punto de atracción», apunta la regidora.
El Pinar de Perruquet ha estrenado un sensor que mide la afluencia de gente a través de la señal del móvil
Según los datos facilitados por el consistorio, aunque la mayoría de días se han registrado entre 4.000 y 6.000 visitas, ha habido jornadas que se han superado las 10.000. Las mayores afluencias se registraron en el puente del 6 al 8 de diciembre, con más de 25.000 personas, así como los dos fines de semana del Nomad o los días festivos del 25 y 26 de diciembre, que estuvieron por encima de las 20.000. Entre el 31 de diciembre y el 1 de enero, pasaron por el pesebre otras 18.000 personas.
Cabe destacar que el sensor para medir los flujos de personas, que utiliza la tecnología Seeketing, recibe únicamente la señal de cada dispositivo móvil, pero ningún dato del usuario. Además, no mide la presencia de niños o personas que no lleven el teléfono encima, con lo que la cifra real de visitantes todavía podría ser mayor.
El pesebre todavía se puede visitar hasta el jueves, cuando se procederá a su desmontaje y se almacenará toda la arena utilizada para el año que viene
Para Lluïsa Clavé, el pesebre de arena se ha convertido en una herramienta imprescindible para desestacionalizar la temporada turística. «Nos ayuda mucho a generar actividad lejos de verano y eso también lo notan los comerciantes y restauradores de La Pineda», dice.
Sobre el origen de los visitantes, aunque la mayoría son del Camp de Tarragona, Clavé destaca la presencia de familias procedentes de puntos de toda Catalunya y de otras zonas como Aragón. Y es que, después de 25 años, el pesebre de arena se ha consolidado como una oferta complementaria ideal para las escapadas de las vacaciones de Navidad.
El montaje todavía se puede visitar durante unos días más hasta su destrucción, prevista para el jueves. Mientras, desde el Patronat de Turisme ya piensan en la próxima edición, con la intención de mantener la dimensión que el pesebre ha adquirido este año. «La gente lo reclama y nuestra apuesta es seguir en esta línea, dinamizando el municipio e innovando la experiencia que ofrecemos», afirma la regidora de Turismo.
