Altafulla acoge desde ayer lunes por la tarde un primer grupo de unos cinco menores tutelados por la Generalitat.
Según explicó la concejal de Salut i Benestar Social de l’Ajuntament d’Altafulla, Eva Martínez, a lo largo de esta semana la llegada del resto de jóvenes será gradual hasta llegar a la veintena que se instalarán, en una primera etapa, en el Alberg que hay en la localidad y que depende de la Generalitat.
Los menores llegan de países como Marruecos, Senegal, Gambia, Guinea o Argelia en el marco del proyecto Segona Acollida.
Los primeros días de estos jóvenes serán de adaptación, conocimiento del entorno y de cultura general. Así mismo y según detalló la concejal, de adquisición también de hábitos saludables.
Poco a poco se irá dibujando el perfil profesional de cada uno de ellos y se les formará para poder ayudarlos a nivel profesional teniendo en cuenta sus intereses y expectativas profesionales.
Según detallaron desde el consistorio, a lo largo de los próximos días los menores también visitarán el CAP para dar seguimiento y atención primaria médica para comprobar que están en un estado de salud óptimo y detectar si hay alguna necesidad médica que requiere atención especial o continuada.
Énfasis en la adaptación
Aun así, Eva Martínez aseguró que cree que el trabajo que se hará con los menores tutelados será -principalmente- «de escucha activa y de progresiva adaptación a una nueva cultura con lengua propia, sistema educativo y sobre todo, a unos hábitos saludables relacionados con la práctica deportiva».
Según detalló la concejal, este es un «proyecto solidario y la responsabilidad que tiene el consistorio es apoyarlo y hacer todo lo posible para que funcione. Hoy son ellos y mañana podemos ser nosotros por lo que tenemos que ser solidarios y no podemos mirar hacia otro lado cuando hay menores que sufren de manera continuada por la inestabilidad social y política y sin oportunidades que hay en sus países de origen», afirmó.
Mediación con los vecinos
La concejal afirmó que son menores que llegan de países pobres, alejados de una convivencia y paz «como la que tenemos nosotros».
Por otro lado, Martínez admitió que desde el consistorio son conscientes de los «posibles problemas y preocupaciones que puede generar la llegada de este grupo de menores en los vecinos de la localidad pero que, en todo caso, el objetivo es mediar, conciliar y hacer todo lo que esté en nuestras manos para conseguir que este proyecto sea un éxito gracias a la suma de todos», aseguró.
Segunda etapa
Según explicó la concejal, el total de los menores entrarán en el albergue a lo largo de esta semana pero no se sabe con exactitud cuánto tiempo estarán en estas estancias ya que dependerá también de ellos mismos y de su capacidad de adaptación y orientación profesional. Por todo ello, hace que no sea un proyecto acotado en el tiempo. Antes de terminar, Martínez detalló que en una segunda etapa los menores pasarán a pisos sociales tutelados para seguir fomentando su independencia personal y profesional.