Los agentes de la Policía Local de El Vendrell, Ferran y Xavi, realizaban este martes una de sus patrullas de vigilancia por la riera de La Bisbal, en el centro histórico, cuando un hombre se paró ante el vehículo policial pidiendo ayuda.
En brazos llevaba a un bebé y explicaba a que el pequeño no podía respirar ante la alarma de quienes estaban en la zona.
Los agentes pararon el coche y se lanzaron a atender al pequeño, de 14 meses, que estaba rojo y convulsionaba. Efectivamente no podía respirar. No había mucho tiempo. Uno de los agentes cogió al niño en brazos y comprobó que no tenía nada en la boca que le impidiese tomar aire.
Maniobra Heimlich
Comenzó entonces a practicar inflexiones en el pecho del pequeño y en tres o cuatro ocasiones practicó la maniobra de Heimlich empleada para desobstruir el conducto respiratorio y salvar vidas en caso de asfixia por atragantamiento.
Pero el pequeño tampoco reaccionaba. El otro agente ya había activado la llamada a los equipos de emergencia sanitarios y mantenía contacto con las dependencias policiales con la compañera de sala, Maria José.
El agente que atendía al pequeño decidió practicar el boca a boca que por el tamaño del niño se aplicaba conjuntamente a boca y nariz combinadas con las comprensiones.
Lloro
Fueron dos insuflaciones cuando el niño reaccionó, pestañeaba y comenzó a llorar. Y a respirar. «Ese momento es inolvidable», relatan los agentes que atendieron al pequeño. «De lo más emocionante que hemos vivido».
Una persona que estaba en la zona y se presentó como enfermera atendió al niño y llegaron los equipos de Sistema d’Emergències Mèdiques (SEM).
La rápida intervención de los agentes permitió salvar la vida al pequeño. «Periódicamente recibimos formación en asistencia sanitaria», narran los policías. «Sin duda que ha servido para saber cómo actuar». Los agentes destaron el haber recibido esa formación.
Ferran y Xavi también destacan que llevan patrullando mucho tiempo juntos y eso contribuó a casi sin hablar en un segundo repartirse y coordinar las tareas en esos momentos de tensión extrema en la que todo depende de unos minutos. Los agentes también destacan el trabajo realizado desde la sala de control para movilizar a los equipos de emergencias.