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Los espigones colocados en el frente marítimo de Cunit hace 40 años han configurado unas singulares playas en forma de cala que caracterizan el litoral del municipio. El objetivo de esos espigones era frenar el impacto de las mareas para proteger la costa pero con los años algunas partes de esas barreras han cedido, lo que favorece la erosión y se han tenido que reforzar.
Para muchos vecinos forman parte de la imagen de Cunit y de sus playas. Sin embargo hace meses plantea un debate sobre su continuidad por si son efectivos para proteger la costa o una barrera al movimiento de arenas que favorece a la erosión.
El debate se ha intensificado ante la decisión que se tomará sobre el puerto de la central térmica de Cubelles. Hay diferentes opciones desde el desmantelamiento a dejarlo como está o un derribo parcial. La decisión la tiene el Ministerio de Transición Ecológica.
Pero la actuación también tiene en el punto de mira a los espigones de Cunit. El Ayuntamiento de la localidad rechaza que puedan retirarse, pero también hay opiniones que plantean liberar la costa de barreras. La Candidatura d’Unitat Popular (CUP) del Penedès reclama al Ministerio que pida a Endesa el desmantelamiento progresivo de la dársena y los espigones y seguir la evolución de las intervenciones.
Sentimentalismo
Considera que el empecinamiento del Ayuntamiento de Cunit para mantener los espigones es «sentimentalismo y electoralismo» sin velar por el correcto funcionamiento de las playas a medio y largo plazo «como sistemas naturales que garanticen sus funciones ambientales».
En principio la intervención en el puerto de la térmica no implicaba a los espigones de Cunit. Sin embargo una intervención de ese calado con la afectación que tendrá para la dinámica litoral, ya que liberará miles de m3 de arena acumulados en la dársena, ha llevado a cuestionarse la continuidad de las barreras de piedra.
Enfrentados
En el debate están las posturas enfrentadas de la naturalización de las playas como medio para asentar arena y quienes señalan que las intervenciones más duras han ayudado a frenar la erosión advirtiendo que ya no hay aportaciones de sedimentos por las rieras.
Los ayuntamientos de Calafell, Cubelles y Vilanova señalan tener estudios que recomiendan eliminar el puerto y los espigones, una postura a la que se suma la CUP del Penedès que presentará alegaciones al proyecto desmantelamiento de la dársena de Cubelles, pero a la que se opone Cunit.
Endesa ha presentado un proyecto para derribar 200 metros del dique central y dejar el resto, lo que considera que permitiría ganar una playa encajada. Para la CUP la compañía prima sus intereses económicos por encima de la restauración del litoral ambientales.
Por Ley la compañía debería dejar la situación tal y como la encontró cuando instaló la térmica y su puerto, que en realidad era una toma de agua. Técnicos de la compañía explicaron que en aquel momento no había arenal en la zona, pero que ejecutará la obra que finalmente decida el Ministerio.
La CUP lamenta que la Generalitat haya dejado solos a los ayuntamientos frente a Endesa.