El inicio de las obras de la Rambla Jaume I está cada vez más cerca. La remodelación de la avenida, uno de los grandes proyectos de este mandato que continuará el nuevo gobierno, ya ha salido a licitación para adjudicar los trabajos a la empresa que presente la mejor oferta. El concurso se publicó el día 15 de septiembre, un día después de conocerse la moción de censura contra la ya exalcaldesa presentada por el NMC - socio de gobierno- y la oposición en bloque, y estará activo hasta el próximo lunes 11 de octubre.
La reforma de la Rambla Jaume I era uno de los proyectos estrella del gobierno de ERC, Junts per Cambrils y el NMC. Los tres partidos acordaron desde el primer día que esta sería la gran obra que impulsarían en estos cuatro años, pero el nuevo escenario político en el Ayuntamiento provocará que este empujón lo dé un gobierno formado por cuatro partidos y dos concejales no adscritos que no siempre se han mostrado favorables a esta obra.
Está previsto que los trabajos de la primera fase de la remodelación, desde la plaza de la Constitució hasta la calle Drassanes, se inicien en unas semanas. Tendrán un coste total de 3.975.000 euros y se estima un plazo de ejecución de unos diez meses. El anterior gobierno ya incorporó en los presupuestos una partida de 1.359.356,60 euros, y está previsto incluir otra de 2.614.825,98 euros en el ejercicio de 2022.
El proyecto, que también actuará en las calles transversales de Juan Sebastián Elcano, Roger de Flor, Sant Pere y Roger de Llúria, transformará la Rambla en una vía de plataforma única con espacios verdes, mobiliario urbano y prioridad para peatones. Se contempla construir dos carriles con dos sentidos de circulación, aceras anchas, parterres ajardinados y plazas de aparcamiento en línea en diferentes zonas, incluyendo plazas de carga y descarga. De esta manera, una de las afectaciones de la remodelación será la pérdida de varias de las plazas de estacionamiento actuales. Posteriormente, de manera progresiva, cuando haya alternativas de movilidad, está previsto que se convierta en un espacio exclusivo para peatones y micromovilidad.
Además de cambiar radicalmente el aspecto de esta calle emblemática, desde el consistorio aseguraron en su momento que el proyecto buscaba el objetivo de «revitalizarla como un polo comercial». La Rambla Jaume I cuenta con varias negocios con muchos años de historia, entre ellos el restaurante Can Bosch, pero las crisis de estos últimos años han provocado que muchos negocios hayan bajado la persiana. En un futuro no muy lejano la voluntad desde el área de Urbanisme es que se reduzca la circulación de coches y se deje paso a un espacio para viandantes para favorecer la experiencia de compra tanto de cambrilenses como de turistas y residentes de poblaciones vecinas.
¿Unanimidad en el gobierno?
Han sido varias las ocasiones en las que los grupos que ahora están en el gobierno han mostrado su desacuerdo con esta obra. La última vez fue en el pleno del pasado junio, cuando se aprobó un punto que acordaba elevar los porcentajes previstos en el gasto plurianual referente al coste del proyecto. La concejala no adscrita Patricia de Miguel y el portavoz del PP, David Chatelain, aseguraron que la obra no era «prioritaria» teniendo en cuenta la situación económica de los comercios y que era un «agravio comparativo» el hecho de no financiar el coste con contribuciones especiales como sí ha ocurrido en otras obras como las de la Llosa. El punto contó con el voto favorable de Cs, la abstención del PSC y los votos contrarios de PP y los dos concejales no adscritos.