Ciutadans ha desaparecido del Ayuntamiento de Vila-seca. La formación naranja, que se estrenó en 2015 con 3 concejales y que en 2019 logró excelentes resultados en las municipales con 5 ediles, perdió ayer una de sus plazas fuertes en la política municipal de la demarcación.
El portavoz Juan Antonio Ramírez, empresario de 47 años y desde hace poco más de seis años metido en política, anunciaba la baja del partido (junto a sus compañeros de consistorio) y la entrada en el registro municipal como concejal no adscritos.
El anuncio de la marcha refleja a nivel local la desintegración que está sufriendo a marchas forzadas el partido que preside Inés Arrimadas y que en los comicios nacionales y autonómicos de Catalunya y Madrid se ha reflejado este batacazo de proporciones difícilmente remontables.
La plaza con más ediles
La pérdida de Vila-seca significa un golpe duro para la formación liberal, ya que era el consistorio con mayor representación de la provincia de Tarragona con cinco ediles (1.827 votos y el 20,2% del escrutinio). Tras la renuncia de ayer, Cambrils y Salou se han convertido ahora en las ciudades con mayor representación, con cuatro ediles, seguidas de Torredembarra y Cunit con 3. Cabe recordar que la marcha de los ediles de Vila-seca no son los primeros que dejan las siglas en el ámbito municipal. En Tarragona la mitad de los cuatro escaños logrados se marcharon, entre ellos el actual diputado del PSC Rubén Viñuales; y en Reus también se marchó un edil, dejando en dos los escaños de la formación naranja.
Empieza en diciembre de 2020
La decisión oficializada ayer en Vila-seca ha sido el final de un camino que empezó a trazarse en 2020, explicó Juan Antonio Ramírez. La formación en Vila-seca siempre ha querido expresar su voto tras conocer las decisiones del equipo de gobierno y si ellas han contado con las sugerencias del partido, el apoyo se ha consumado en el pleno. Ramírez puso como ejemplo los presupuestos en el que «el equipo de gobierno incorporó buena parte de nuestras sugerencias» y ante esta buena relación, Ciutadans apoyó las cuentas generales.
Esta decisión rompía las directrices del partido. Según Ramírez, Ciutadans debía hacer oposición en todos los frentes y no secundar las iniciativas del gobierno local, fuera de las siglas que fuera. Esta ‘orden’ contrariaba las ideas de los cinco ediles que «creemos que si las propuestas son buenas para la ciudad, lo son para nosotros», argumentó el concejal que ayer mismo presentaba una plataforma ciudadana con la intención de convertirla en partido político para los comicios de 2023.
Antes de dejar el partido y pasar a ser edil no adscrito (no tienen intención de entrar en el gobierno local, sino de mantener su política de oposición constructiva), Ramírez ya marcó su línea roja con el partido en el Consell Comarcal del Tarragonès. En diciembre de 2020 renunció al escaño que el partido le había ofrecido y lo hacía por «discrepancias» con sus ideas. Aquel primer paso marcó los compases de lo que ayer se materializó con la renuncia de las siglas, que no se ha hecho antes para no influenciar en los comicios autonómicos catalanes y madrileños, admitió Ramírez.
«No dejamos el acta de concejal porque nuestro papel en el Ayuntamiento es mantener el equilibrio y fiscalizar la acción de gobierno», justificó Ramírez la intención de terminar la legislatura antes de que la plataforma se convierta en partido político.
Vila-seca som tots, nombre de la plataforma, empezó ayer a trabajar como un instrumento social que basará sus propuestas en los ejes sociales, económicos y medioambientales. La idea es que esta entidad vaya engrosando el número de simpatizantes para crear la base del partido. En ella, lo admitió Ramírez, espera poder reubicar a aquellos vecinos y simpatizantes de Ciutadans que están desencantados con las ideas del partido.