Las principales víctimas son los zorros y los tejones. Pero también han caído garduñas, cabras y jabalíes. Incluso muchas aves, algunas de especies que están protegidas. Hasta animales de compañía como perros.
Los grupos ecologistas Bosc Verd y Gepec han alertado del peligro que para diversas especies de animales suponen las balsas agrícolas de agua y para extinción de incendios que hay por todo el Penedès.
Abiertas
Las entidades, miembros de la federación Ecologistes de Catalunya, señalan que son muchas las balsas de regadío, contra incendios y de particulares que permanecen abiertas y que son trampas mortales para muchos animales.
Además del riesgo para la fauna, advierten que por la falta de vallado, de cubierta o de rampas que permitan poder salir en caso de caída esas balsas también son un peligro para las personas, especialmente para los niños más pequeños.
Rescate
Hace unos días el grupo de rescate subacuático de los bomberos liberó a uncorzo que había caído en una de esas balsas y no podía salir. Los bomberos lograron salvar al animal, «que hubiese acabado muriendo por agotamiento», señalan las entidades ecologistas del Penedès.
En el Alt Penedès tienen contabilizadas hasta 60 balsas de diferentes formas y medidas. Sumando las del Baix Penedès podría llegarse al centenar. «Tanto soterradas como elevadas y de diversos materiales como cemento, metálicas, tierra o lona geotextil».
Este último material consideran además que es el más peligroso porque resbala mucho. «Cuando los animales se acercan resbalan y ese mismo material resbaladizo les impide salir».
Sequía
La sequía hace que gran parte de los mamíferos presentes en el Penedès se acerquen a esas balsas para beber. Son trampas que no sólo afectan a mamíferos. Bosc Verd y Gepec denuncian que también se han encontrado muertos pequeños pájaros y sobre todo rapaces, algunas de las cuales están protegidas, como el ratonero común o el águila perdicera.
«No se salvan de esta trampa ni los anfibios. Algunos como el sapo común viven en tierra y se acercan a las balsas en la época de reproducción y después no pueden salir y acaban muriendo irremediablemente».
Propiedad
Los grupos ecologistas señalan que el 90% de esas balsas, entre las que hay de la Generalitat, Diputació de Barcelona o Agrupaciones de Defensa Forestal, no disponen de medidas para evitar el ahogamiento de los animales. Por ello reclaman que se implementen de manera obligatoria.
Bosc Verd y Gepec señalan que el Código Penal tipifica como graves las acciones que puedan afectar a la fauna protegida. También que la Ley de Protección a los animales es estricta. Pero lamentan que «legalmente no existe ninguna normativa específica que contemple esta problemática y obligue a los propietarios a tomar medidas para evitar los riesgos». Todo se reduce a la buena voluntad y la conciencia, critican.
Rampas de salida
Entre las soluciones que ya se aplican en algunas zonas del Estado está la de colocar rampas de madera o redes en los laterales de las balsas para que en caso de caída pueda ser fácil salir y escapar.
Las dos entidades destacan la «vital importancia de estas balsas en el clima mediterráneo para la fauna en momentos de sequía y poca disponibilidad de agua», pero dicen que también «son auténticas trampas las 24 horas de todos los días del año». Señalan que las rampas permiten que los animales accedan para beber y también puedan salir, por lo que son preferibles a cubiertas que tapen por completo las balsas.