El macrobotellón en el frente marítimo de Barcelona ha dejado un rastro evidente de destrozos, suciedad, motos quemadas y cristales rotos. Este domingo los servicios de limpieza intentaban limpiar la basura y algunos vecinos y curiosos que paseaban por la zona se sorprendían del alcance de los daños.
Los responsables de algunos de los establecimientos saqueados o con los cristales rotos, como Can Nuri o la Cigala, hacían balance de los daños y limpiaban después de unos disturbios que, admiten, no habían visto nunca antes. Los Mossos han hecho unas treinta detenciones, algunas 'in situ' mientras robaban a los establecimientos, durante una noche en que miles de personas han salido de fiesta en la playa por el cierre de la zona de Maria Cristina.
Ricard Noguera, propietario de Can Nuri, ha lamentado que a los políticos, la policía y los jueces "la situación se les está yendo de las manos". Noguera ha explicado que tenían un trabajador en el restaurante cuando han irrumpido un grupo de seis o siete jóvenes que "han roto todos los cristales, han arrasado con todo el alcohol y todo el material informático". El trabajador, ha dicho, "ha tenido que salir corriendo, y le han robado la bicicleta".
"Cuando no es una cosa, es otra", ha lamentado Noguera, que ha asegurado que se encuentran "dejados de la mano de Dios". "Viendo lo que pasó ayer, los políticos podrían haber suspendido la fiesta de la Mercè y nos hubiéramos ahorrado todo esto", ha afirmado el propietario de Can Nuri. "Algún día pasará algo grave, se morirá alguien, y tendremos que correr", ha añadido.
En el Paseo Marítimo, los equipos de la brigada municipal también hacían balance de los destrozos en marquesinas, señales de tráfico o semáforos. En la zona, convivían los restos de los destrozos y la suciedad con los vecinos más tempraneros y los que salían a hacer deporte. Los que patinaban, ni siquiera podían hacerlo de forma seguida sin encontrar obstáculos en la vía.