Las denuncias de falsos revisores del gas o la luz que aprovechan el engaño para robar a las víctimas se han disparado este 2021. Según datos presentados por los Mossos d'Esquadra, después de dos años con un centenar de casos conocidos, a finales de octubre de este año ya se ha llegado a las 186 denuncias.
Este hecho la policía lo atribuye a que se haya reducido el estigma a la hora de informar del engaño en comisaría. También han detectado un cambio de perfil en los ladrones que protagonizan el hecho delictivo.
Cada vez los protagonizan más mujeres para ganarse la confianza de mujeres mayores que están solas en casa. Los Mossos informan que a menudo son parejas femeninas que tienen un vínculo familiar y que actúan por diferentes puntos del territorio español.
Los datos sobre esta tipología delincuencial se han facilitado en la presentación de una nueva campaña de prevención, impulsada por la policía catalana en colaboración con la Federación de Gremios de Instaladores de Catalunya (FEGiCAT) y la empresa de sistemas de climatización BAXI.
La asociación de instaladores y los Mossos trabajan conjuntamente desde el 2013, cuando se detectó la irrupción destacada de estos engaños, pero no ha sido hasta ahora que el fenómeno delictivo se ha disparado en denuncias. Para aumentar la conciencia sobre los falsos revisores, ahora se repartirán 500.000 carteles que se harán llegar a comunidades de vecinos de todo Catalunya. Con este impulso se calcula llegar a casi dos millones de ciudadanos.
La clave de estos engaños es que pueden derivar en varios delitos, desde robos con violencia hasta fraudes con datos bancarios. El delito, predominando es el hurto. El subjefe del área Técnica y de Proximidad de Seguridad Ciudadana de los Mossos d'Esquadra, Sergi Martínez, detalla que cada vez se encargan de protagonizar estas trampas más "mujeres jóvenes" que visitan mujeres mayores que están solas. Según el subinspector, generan "más confianza que un hombre" en las víctimas que les tienen que abrir la puerta de su casa.
A menudo son dos mujeres las que actúan, forman parte de un clan familiar y cuentan con un conductor que las espera con un vehículo para irse rápidamente a otras citas. Además, la normalización de la mascarilla en la cara les acaba de facilitar un grado añadido de protección ante posibles identificaciones en el relato de las víctimas.
En el conjunto del año 2019 los Mossos d'Esquadra registraron 96 casos de falsos revisores. El 2020 la cifra se mantuvo muy similar: 98 denuncias. Este año, pero, solo hasta el 25 de octubre ya se han contabilizado 186 denuncias. De hecho, solo en el mes de abril del 2021 se tramitaron tantas denuncias como en los cinco primeros meses del 2019, 31 y 32 respectivamente.
La policía catalana hace una doble lectura. Por un lado, reconoce que la pandemia llevó a los delincuentes a alejarse de la vía pública y a buscar nuevas formas de obtener ingresos ilícitos. Así, algunos optaron por las estafas presenciales y otros por los delitos digitales. Este cambio "ha venido para quedarse", apunta Martínez.
Aun así, el gran incremento de denuncias que se está experimentando este año tendría relación directa con que "policialmente se ha hecho mucha campaña preventiva durante el 2020". Así, los Mossos ven clave hacer aflorar "la cifra negra" de personas que no denunciaban a pesar de haber sufrido un engaño de esta tipología. "Las víctimas normalmente son gente mayor sola" que pueden tener reticencias a la hora de denunciar porque "no se han dado cuenta o por la propia vergüenza o porque la familia pueda reñirles, entre comillas", apunta Martínez.