La provincia de Tarragona vuelve a ir a contracorriente. Mientras que las exportaciones en Catalunya han marcado un nuevo récord, en las comarcas del sur de Catalunya prácticamente se han estancado. Una tendencia contraria que también se constata en lo que se refiere a las importaciones, que han aumentado en todas las provincias catalanas excepto en las comarcas tarraconenses.
Son datos correspondientes al primer trimestre que ayer avanzó el Ministerio de Economía y Competitividad. Según estos, el balance comercial de la provincia es negativo en 543,2 millones de euros, después de realizar exportaciones por valor de 1.789,2 millones de euros (+0,3%).
Al otro lado, Lleida es la provincia que ha incrementado más su actividad exportadora (+9,6%), pese a que su peso es muy inferior.
Si sumamos las cuatro provincias catalanas, las exportaciones han aumentado un 6,6% en el primer trimestre de este 2015, hasta llegar a los 15.657,7 millones de euros. Esta cifra representa el 25,7% de la actividad exportadora del conjunto del Estado. Los sectores más activos en ventas son los productos químicos, con 4.068,7 millones (26% del total) y un incremento del 0,4% respecto a los tres primeros meses del año pasado. Pese a ello, el tirón que ha experimentado la industria del automóvil se encuentra detrás de una cifra de récord en la que este nicho de actividad ha incrementado un 18,3% sus ventas internacionales.
Récord estatal
Después de unos meses titubeante el sector exterior recuperó su dinamismo. En concreto, las ventas crecieron un 4,4% en tasa interanual y sumaron 60.962 millones de euros, la cantidad más elevada en ese periodo de la serie histórica que se remonta a 1971. Por su parte, las importaciones solo se incrementaron un 2,5% hasta los 66.496 millones, lo que permitió reducir el déficit comercial un 14,9% y situarlo en los 5.524 millones.
El comportamiento de las exportaciones en marzo fue espectacular con un incremento del 12,5% hasta las 23.218 millones, la cifra más alta para un único mes de toda la serie. Este resultado fue consecuencia de la depreciación del euro un 24% en tasa anual, que abarató el precio de los productos fuera de la zona euro. De hecho, en marzo la divisa comunitaria estuvo muy cerca de la paridad con el dólar con un cambio de 1,05 frente al 1,38 de un año antes. En ese tiempo el gran cambio monetario tiene que ver con la política expansiva adoptada por el BCE. Pero además, las exportaciones españolas también notaron ese mes la recuperación económica de los principales socios comerciales comunitarios, cuyo crecimiento se había ralentizado en 2014. Así, las ventas a Alemania se dispararon en marzo un 15,5%, las de Italia otro 19,7% y las de Francia un 6,3%.
Este increíble despegue del sector exterior en marzo, y por ende en el primer trimestre, permite compensar el mal sabor de boca con el que cerró 2014, cuando su aportación al PIB fue negativa por primera vez desde el inicio de la crisis.