Aunque el término de Transición Justa fue acuñado en la Cumbre de Kyoto de 1997 por un representante de los trabajadores del sector petrolero canadiense, ya en los Acuerdos de París, los gobiernos y todos los agentes reconocieron la importancia de la dimensión social en el proceso de transición hacia una economía baja en emisiones de carbono.
"Esta transición debe ir acompañada de planes de Transición Justa porque sería un fracaso si en el proceso de transformación no se cuenta con los entornos ", ha defendido el director general de Relaciones Institucionales y Regulación de Endesa, José Casas, en la inauguración de la sesión Transición Justa- Hacia una economía baja en carbono, evento oficial de la COP25.
“Deben ser planes que no afecten ni en tiempo ni en forma a las zonas” ha añadido José Casas, que ha recordado que Endesa ya tiene en marcha planes concretos de Futuro en las zonas ya implicadas en los procesos de reconversión desde la generación térmica hacia la renovable.
Precisamente, en el evento desarrollado en la sede de Endesa, la responsable de CSV y Sostenibilidad de Endesa, Inmaculada Fiteni, ha dado detalle de esos planes de Futuro que la compañía ha planteado en los dos entornos en los que se ha anunciado el fin de actividad de generación con carbón. Concretamente, se trata de Andorra, en Teruel, y Compostilla, en León, con una capacidad conjunta de 2.153 MW) cuyos cierres se solicitaron oficialmente a finales de 2018.
El objetivo, contribuir a mitigar el impacto derivado de los cierres sobre la comunidad local a la vez que se fomenta la creación de valor y nuevas oportunidades sociales y económicas. Estos planes se basan, además de la inversión en el desarrollo de proyectos de energía verde en cuatro ejes principales. “La mejora de la empleabilidad de la población local a través de la formación en renovables, la búsqueda de empleo para el personal afectado, la promoción de sostenibilidad del municipio y el fomento de la actividad económica y el empleo en torno al crecimiento renovable”, son las claves ha explicado Inmaculada Fiteni.
Por eso resulta vital, “implicar a los agentes locales para saber exactamente qué necesidades concretas tienen e intentar ofrecer iniciativas que satisfagan a todos, como modelos de economía circular y creación de valor compartido, (el llamado CSV, Creating Shared Value)”.
Entre otras acciones, los planes desarrollados para ambos emplazamientos contemplan una creación de empleo para los cuatro próximos años en tareas de desmantelamiento de 250 puestos de trabajo directos, cerca de 5.100 empleos en trabajos de construcción de nuevos proyectos renovables en los próximos 6 años, y unos 168 empleos para la operación y mantenimiento de los nuevos proyectos verdes durante 25 años.
Para el caso concreto de Andorra, la compañía ha planteado un proyecto para la construcción de la que sería la mayor planta renovable de Europa con integración de solar, eólica con un almacenamiento asociado de 160 MW, y un sistema de sincronismo que la convertiría en un proyecto singular de referencia en innovación.
En el caso de Compostilla, por la singularidad del entorno, además de la construcción de proyectos renovables por unos 390 MW, “el Plan de Futuro pasa por la búsqueda de iniciativas empresariales en el emplazamiento de la central para su reindustrialización”. Para ello, Endesa ha abierto un concurso internacional de proyectos, el denominado Futur-E , un programa cuyo objetivo es que empresas, instituciones y otros agentes públicos y privados puedan presentar alternativas viables, a través de un proceso participativo, transparente y abierto, para buscar proyectos de inversión y creación de empleo sostenibles en el emplazamiento de las centrales.
Los ponentes de la Jornada, (en la que participaron Mariano Morazzo, responsable de Cambio Climático y Políticas de Energía Renovable de Enel; Alicia Torrego, gerente de Fundación CONAMA; Lennys Rivera, representante de Programa de Cambio Climático, WWF; Laura Martín, asesora para Empleo y Transición Justa, del Ministerio para la Transición Ecológica; y Cristina Rivero, jefa de Área Industria, Energía y Medio Ambiente, de CEOE) coincidieron en resaltar la necesidad de integrar y conectar con los actores locales en estos procesos de transición para aprovechar las oportunidades en crecimiento renovable y sistemas de almacenamiento y dar señales claras sobre dónde se puede actuar.