La recaudación de impuestos en Tarragona se ha incrementado ligeramente en los primeros seis meses de 2016, alargando así una inercia positiva que empezó en 2013. Sin embargo, persisten las luces y las sombras. Los datos de Hacienda confirman que la recuperación es lenta, irregular y todavía leve, dado que los balances tributarios (lo que recauda el Estado en las comarcas tarraconenses) aún distan mucho de los registrados antes de la crisis.
El termómetro que supone el cobro de impuestos para medir la salud económica marca a mitad de este año año algunos parámetros que permiten advertir una cierta mejora. Sin embargo, sólo se produce en ciertos ámbitos y con la sombra del gran volumen de la economía sumergida.
Sin ir más lejos, el consumo, a juzgar por la evolución de un tributo clave como es el Impuesto del Valor Añadido (IVA), sigue cayendo. Ha descendido un 0,4% en los seis primeros meses del año (de 363 millones a 362), pero esa dinámica prácticamente de estancamiento se añade a la registrada en 2015 y se convierte en tendencia: en ese año la merma fue bastante mayor, de casi un 11%, ya que se recaudaron 93 millones menos por ese concepto.
Subidas sin más recaudación
Los 762 millones de 2015 están muy lejos de los 970 de 2007, antes de que la crisis hiciera sus mayores estragos. En ocasiones, ni siquiera el aumento de los impuestos por parte del Gobierno (en este caso, del Partido Popular) ha revertido en un incremento de los ingresos, sino al contrario: ha provocado un efecto retractor que ha derivado en un descenso. Es lo que sucedió, por ejemplo, con la subida de los tipos aplicados al IVA en septiembre de 2012, Esa medida redujo su recaudación en las comarcas tarraconenses en unos 98 millones, un 12,1%, pasando de 810 a 711.
En cambio, en Catalunya sí que ha subido la recaudación por IVA, en parte por los resultados positivos de Barcelona (un 1,7% más) y Girona (un 11,3%). Lo mismo sucede en España, con un incremento de los ingresos totales por IVA que se sitúa en el 3,5%.
Por lo tanto, en un contexto en el que numerosos sectores –empezando por el turístico, que en los últimos meses da fe de inercias algo más boyantes– hablan de un repunte de su negocio y de una recuperación más o menos marcada, no hay una traslación real en el consumo real de las familias y, por lo tanto, en un indicador como el IVA, que suele ser un barómetro fiel de la evolución del gasto ciudadano.
Sin repercusión a pie de calle
Según ese desglose de datos de la Agencia Tributaria, tampoco la recuperación parece plasmarse en la economía a pie de calle, sobre el ciudadano, al menos en lo que atañe a ese IVA que siempre arroja tendencias en cuanto al dispendio. Los analistas también señalan que la recuperación se ha notado de forma más contundente en empresas que venden al exterior, una estadística en la que poco repercute el IVA.
Los impuestos especiales, aquellos que gravan el consumo de determinados productos como el tabaco, el alcohol o los hidrocarburos, también han descendido en la provincia. En concreto, la bajada este año ha sido del 1,5%. Tampoco fueron muy provechosos los balances respecto a 2015, cuando el descenso fue del 13,2% y Tarragona se erigió en la única provincia catalana que vivía un retroceso en ese concepto.
Más beneficio en empresas
Estos dos puntales del consumo, que en parte desmontan la teoría de una recuperación económica definitivamente encarrilada, contrastan con una cifra clave, la que ofrece el impuesto de sociedades, un tributo que grava la actividad empresarial y que, por lo tanto, sirve para testar el estado de las cuentas y los beneficios de las compañías. En este sentido, se ha registrado un aumento de casi el 50% en lo que han declarado las empresas tarraconenses, pasando de los 31 millones en los primeros seis meses de 2015 a los 46 de este año. El dato también fue positivo si se compara 2014 y 2015. Se pasó de 158 millones recaudados a 184, una subida del 16,7% que sirve para constatar una inercia optimista y para avalar las tesis que hablan de crecimiento empresarial.
Tarragona tiene, además, un comportamiento singular, ya que es la única provincia que crece en este impuesto, que en toda Catalunya se da un sonoro batacazo del 81,5%, según los datos de la Agencia Tributaria. En España, por su parte, el saldo tributario de la actividad empresarial fue negativo en 204,3 millones.
Sobre este impuesto se ha desatado la polémica respecto a la propuesta que el ministro de Economía en funciones, Luis de Guindos, recientemente en Bruselas a sus homólogos europeos. La finalidad de la iniciativa es incrementar la recaudación en 6.000 millones de euros para obtener un déficit menor al 3% en el año 2017.
Los pagos en negro
La duda recala ahora en saber si es una subida de impuestos, tal y como afirman los empresarios, o un simple adelantamiento como asevera el ejecutivo en funciones. En cualquier caso, la medida supone que las empresas estén obligadas a abonar un mínimo en cada uno de los tres pagos anuales. Pero en el caso de que la disposición se alargara más de un año si supondría una subida impositiva. No obstante, la medida solo afectaría a 30.000 empresas de las 1,4 millones de declarantes. Serían aquellas que obtienen ingresos superiores a los seis millones de euros anuales.
Los expertos sostienen que si las empresas de Tarragona declaran más beneficios en sus cuentas y el IVA de las personas físicas sigue bajando, puede deberse a una persistencia de la economía sumergida y de los pagos en negro. De hecho, estas prácticas fraudulentas se han convertido en habituales durante los años más crudos de la crisis. Así se explicaría la paradoja entre una retracción del consumo y un incremento de los beneficios de las empresas. La contradicción también da la razón a los que denuncian que la recuperación, espoleada con insistencia por el Gobierno como argumento de sus políticas, no termina de llegar a las familias.
Por otra parte, en las cuentas de 2015 y 2016 se perciben los efectos de la rebaja fiscal llevada a cabo por el Gobierno, con toda una batería de deducciones. En Tarragona los ingresos por IRPF (Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas), un medidor de la evolución del mercado de trabajo, viven un claro retroceso. El descenso es de casi el 6%. Es el más abultado de Catalunya, donde la media es del 3,9%, mientras que en toda España el dato decrece un 12,3%. La estadística, además de por la rebaja, viene determinada por una recuperación del mercado de trabajo, aunque también llena de matices: se reduce el paro pero proliferan los empleos precarios.
El informe arroja datos sobre otros impuestos con comportamientos irregulares. Así, en lo que va de año han descendido un 14% los ingresos por tráfico exterior, un gravamen sobre el comercio de mercancías. Se pasa de 16,8 a 14,5 millones. En este caso, no constituye una tendencia, ya que en 2015 ese dato sí se incrementó, en concreto un 3,2%. Otra subida notoria se dio en otro de los impuestos gestionados por el Estado, si bien mucho menos relevante en términos absolutos. Se trata del IRNR(Impuesto sobre la Renta de los no residentes). Entre enero y junio de este año la recaudación ha subido un 73%, pasando de 3,6 millones a 6,3.
Todo ello sucede, además, con el país en vilo, mientras se analiza si la confianza del consumidor puede quedar tocada en tiempos de incertidumbre por la falta de Gobierno, justo después de dejar atrás unos años marcados por las subidas de impuestos. En la primera parte de la legislatura de 2011 a 2015, con el Partido Popular gobernando con mayoría absoluta, hubo casi 40 subidas de tributos. La coartada recurrente fue que era la única vía para salvar las cuentas de un estado al borde del abismo económico.