Posiblemente, el trabajo de antenista sea uno de los más peligrosos del mundo debido a razones obvias (el clima, lo peligroso que es manipular elementos de alta carga eléctrica, las alturas de los edificios, etc.) Sin embargo y pese a la gravedad del riesgo que corren los antenistas Madrid a la hora de instalar estas transmisiones y sus diversos elementos, parece ser que el sueldo que perciben no es el equivalente y muchos han sido los rumores de una posible huelga al respecto tras algún tiempo de lucha en la cual se pide un aumento de seguridad a la par que monetario. Las dos empresas que mayor relevancia tienen del sector como lo son antenistas Madrid y Barcelona, liderarían este supuesto malestar que aún no se ha hecho oficial.
Y es que la seguridad y la remuneración es importante ante este tipo de situaciones. Está claro que se requiere de este tipo de servicio, y por ende, se requieren especialistas capaces de hacerlo correctamente, pero evidentemente ya que éstas personas van a someterse a unos riesgos tan altos, deberías de ser compensado al mismo nivel de riesgo que corren instalando las antenas. Eso es lo más justo, ya sean para los antenistas Barcelona como para una persona que trabaje de seguridad privada, o desactivador de explosivos, por poner un ejemplo.
El riesgo se paga caro, tanto por una parte como por la otra
Y es que el trabajo de éstos profesionales no solo se limita a instalar y codificar antenas en los edificios y casas de la gente en cualquiera de los típicos cascos urbanos: también deben de hacerlo en otras estructuras las cuales superan (y por mucho) la altura de dichas viviendas, sin apenas seguridad y con poco material de trabajo, ya que a veces ni siquiera pueden disponer de un soporte donde dejarlas para una mayor comodidad a la hora de trabajar. A veces, tan solo pueden cargar una caja de herramientas atada a la cintura, por lo que el material disponible para el arreglo se reduce y mucho. Esto sin olvidar que, en ocasiones, la antena no es la que falla sino la instalación eléctrica a la que va conectada, por lo que deberán manipular las cajas eléctricas así como cables, plomos, etc. Y todo ello con tan solo su experiencia como antenistas, volviéndose un trabajo aún más arriesgado si cabe.
Pero lo más agotador y peligroso es sin duda alguna el descenso. Al haber estado un tiempo realizando la reparación de la antena (a veces durante horas) a la hora de descender requieres de mucho cuidado y paciencia ya que puedes tener las piernas entumecidas debido a su inactividad, por ejemplo, y no te conviene caerte ya que dependes de una cuerda de seguridad, y a veces ni eso.
Muchos de aquellos más profesionales, situados en la empresa de antenistas Barcelona, han sido preguntados al respecto pero de momento no han declarado nada de forma oficial, por lo que puede que todo esto sean solo rumores cuya finalidad sea la de buscar una subida de sueldo masiva la cual, es muy probable que se la merezcan.
