El Ministerio de Universidades da por hecho que el próximo curso los alumnos tendrán que compaginar la enseñanza presencial con la ‘online’. Así se deduce del documento de recomendaciones que ha mandado a la comunidades autónomas y universidades, y con el que pretende servir de «orientación» para las planes concretos que estas instituciones políticas y académicas deben aprobar para enfrentar el nuevo curso en cada uno de los centros. Y es que al final son éstas las competentes para establecer los planes concretos ante el nuevo curso.
El ministerio parte de la idea de que mientras dure la «nueva normalidad», cualquier espacio donde se desarrolle docencia o investigación en la universidad debe respetar los 1,5 metros de distancia interpersonal, lo que obliga a cada centro de estudios a calcular si tiene espacios y profesorado suficientes para asumir las clases presenciales en estas condiciones, o si tiene que transformar parte de la enseñanza en ‘online’.
El documento señala que «lo deseable» es que la enseñanza presencial sea la «preponderante», pero no ve «conveniente» utilizar la técnica de la duplicación de grupos como fórmula habitual para que todos los alumnos puedan recibir la docencia en las aulas porque no habría profesores suficientes.
El escrito señala, sobre todo pensando en las clases magistrales, que cuando la facultad no pueda asegurar la distancia interpersonal en la enseñanza de una asignatura debería elegir entre dos opciones. O transformar la docencia en ‘online’ o transmitir las clases por videoconferencia y que los alumnos se alternen para ir a clase o seguirla desde casa. Si una parte de la enseñanza tiene que ser telemática, debería primarse la docencia presencial en los seminarios y grupos de discusión que la complementan, y, en cualquier caso, que los alumnos tienen que conocer con detalle cómo se van a impartir los estudios antes de matricularse.
Las recomendaciones ministeriales señalan que cada universidad, antes del comienzo del curso, debe tener diseñado un plan de contingencia que permita, en caso de agravamiento de la pandemia, retornar de forma masiva a la enseñanza telemática. Estos planes deberán contemplar la formación del profesorado, la adaptación de los sistemas de evaluación, y el establecimiento de horarios de tutorías o seminarios para atender al alumnado.