El Gobierno estudia retirar las medallas al comisario que mató a su pareja y a su ex

La investigación apunta a que el detonante del primer crimen fue la ruptura de la relación, pues la pareja actual le había comunicado que debía sacar sus pertenencias de la vivienda

21 agosto 2024 21:32 | Actualizado a 21 agosto 2024 21:37
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El Gobierno está estudiando la fórmula jurídica para poder despojar a Juan Fortuny de Pedro, el exjefe policial que el martes mató a tiros a su pareja y a su exesposa en Barcelona y luego se suicidó, de todas sus condecoraciones oficiales de forma póstuma, porque considera que un asesino machista no es digno de mantener esta clase de honores.

Lo desveló ayer el delegado del Gobierno en Catalunya, Carlos Prieto, quien corroboró que las condecoraciones son muchas y concedidas por casi todos los cuerpos policiales dada su dilatada y exitosa carrera profesional, que concluyó en enero de 2023 cuando se jubiló como jefe regional operativo del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) en Catalunya o, lo que es lo mismo, como el número dos en la comunidad.

Juan Fortuny de Pedro, con categoría de comisario principal, la graduación máxima del cuerpo, fue progresando en la Policía Nacional durante 44 años de servicio. Antes de convertirse en la mano derecha del jefe superior de Catalunya dirigió las comisarías de Lleida y fue el responsable de las unidades antidisturbios y de intervención rápida en la comunidad.

El Gobierno prepara la cancelación de sus distinciones mientras la División de Investigación Criminal de los Mossos d’Esquadra, la unidad policial que trata de esclarecer todo lo relacionado con el caso, avanza hipótesis sobre los motivos que condujeron al doble crimen de género. Al menos en el primero de los homicidios, el ocurrido en un piso de Rubí, apuntan a que el detonante fue la ruptura su la actual relación sentimental.

Fue en el domicilio de la calle de la Música número 9 de esta población de la periferia de Barcelona donde, al final de la mañana del martes, los equipos de emergencia hallaron el cadáver de la actual pareja del comisario, Pilar, con un disparo de la pistola del expolicía en el rostro. Esta mujer, de unos 60 años y trabajadora municipal, había comunicado recientemente a Juan Fortuny de Pedro que la relación que mantenían desde el invierno se había acabado, y que debía sacar sus pertenencias de la vivienda.

Dos separaciones en un año

Los investigadores también han podido certificar que el segundo crimen, el de Mari Àngels, la mujer con la que el exjefe policial estuvo casado durante décadas, se produjo muy poco después, en el chalé familiar de Castellbisbal, otra población de la comarca del Vallès Occidental, limítrofe con Rubí y a solo unos quince minutos de coche. Con Mari Àngels también tenía la relación rota desde hacía más de un año. Concretamente, desde pocos meses después de su jubilación, cuando se separaron e iniciaron los trámites para el divorcio.

Todas las indagaciones apuntan a que el comisario mató a su exmujer de un disparo en la cabeza realizado con la misma pistola que usaría minutos después, y en el mismo domicilio cuya propiedad aún compartían, para quitarse la vida.

Las indagaciones que dirige el juez de instrucción número 6 de Rubí, que en la mañana de los crímenes estaba en funciones de guardia, están a la espera de los resultados de las autopsias de los tres cuerpos y de los análisis de las evidencias recogidas en los dos escenarios de los crímenes, así como de las pruebas balísticas para poder confirmar, como todo apunta hasta ahora, que se trata de un doble crimen machista, los números 30 y 31 del año. Ni en el sistema policial VioGén ni en otros registros hay denuncias de ninguna de las dos víctimas contra el excomisario por malos tratos. Este dato, de hecho, significa poco, porque menos del 20% de las asesinadas por sus parejas o exparejas denuncian los malos tratos que en muchos casos soportan de quienes luego serán sus verdugos.

Un verano alarmante

Si el instructor confirma los dos asesinatos machistas, las víctimas mortales por violencia de género en lo que va de año se elevarán a 31 y las fallecidas por esta lacra desde que hace 21 años se lleva un registro ascenderán a 1.276. Tanto el Ayuntamiento de Rubí como el de Castellbisbal han decretado tres días de luto oficial y convocado a los vecinos a mostrar su repulsa por los asesinatos y su solidaridad con las familias. El segundo, además, ha suspendido las celebraciones públicas por su fiesta mayor como muestra de respeto.

Las dos mujeres asesinadas el martes son las víctimas tercera y cuarta de la violencia machista en la pareja en los 21 días transcurridos de agosto, a las que habría que sumar el crimen vicario de género ocurrido el sábado en la población toledana de Otero. Allí un hombre de 45 años mató de un tiro en la cabeza a la hija de su actual pareja sentimental y después disparó contra la madre, que se encuentra ingresada en estado grave, pero con vida, en el Hospital Doce de Octubre de Madrid, a donde se la trasladó muy malherida y en helicóptero.

Los 31 crímenes machistas ocurridos desde el 1 de enero están en la parte baja de la serie histórica iniciada en 2003, pero lo preocupante es que las dos terceras partes de estos homicidios se concentran en los dos últimos meses y medio. Desde principios de junio estos asesinos le han quitado la vida a 19 mujeres, algo más de siete cada mes de media, lo coloca a España ante un verano negro y alarmante.

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