El cantante y compositor tarraconense Jómiv actúa este viernes (22.00 horas, cinco euros) en formato acústico en el Cafè Metropol, acompañado por el guitarrista Miguel Trujillo. Jómiv, que también lidera la formación En el surco, presentará en esta ocasión las canciones de su proyecto en solitario, su álbum de debut titulado Un palmo, dos pies, tres codos.
José Miguel Vázquez, Jómiv, se define como un compositor un tanto heterodoxo, un explorador –desde el rock más contundente hasta las versiones– habitualmente alejado de purismos estilísticos. Su música es el resultado de una combinación de sonoridades, mezcla de aires del Mediterráneo, del Caribe, brasileños o de Cádiz. Todo ello, además, aderezado con dosis de funky, pop y jazz. «Vamos tocando en diferentes formatos, en función de las necesidades y de las condiciones del local. Podemos actuar a dúo o en grupo, y podemos llevar hasta una big band. La idea es que tanto en un formato como en otro las canciones se sustenten y sigan funcionando», afirma. Sin ir más lejos, el año pasado ya presentó sus temas en un Teatre Magatzem repleto que contó con hasta 17 músicos sobre las tablas.
Mañana, en el Cafè Metropol, con un despliegue más modesto, hará un mano a mano con el músico Miguel Trujillo, aunque no se descartan visitas sorpresas de última hora en el escenario.
Una gira por España
Ahora, tras más de un año de la publicación del disco, Jómiv reactivará esos temas con una gira que está perfilando y que le llevará por ciudades como Barcelona, Zaragoza, Valencia o Madrid. «Queremos darle una segunda vida al disco, y el concierto de Tarragona será una buena piedra de toque. Nos vamos a volcar de golpe en esta aventura», sostiene.
Jómiv es un músico clásico de la escena tarraconense, curtido en mil escenarios. Desde su estreno musical en 1988, formando parte de Dulcinea Folk a cargo de la guitarra acústica y la flauta dulce, José Miguel Vázquez se ha involucrado en multitud de proyectos. Se impuso en el certamen ‘Canya’n’roll 97’ –antecesor del actual DOTarragona– y, tras un parón de actividad musical, ha regresado ahora recuperando antiguas composiciones y escribiendo nuevas en una suerte de reinicio. «Mi mal endémico como autor ha sido siempre complicarme la vida tratando de encontrar armonías y melodías grandilocuentes. En el pasado nunca me preocupé de las letras ni de interpretar la historia que cantaba. Ahora solo quiero disfrutar contando historias con buena música. A una canción no le hacen falta fuegos artificiales. En la actualidad me entretengo en escuchar la esencia, el alma y el aire de cada canción desde la sencillez, para ver si vale o no vale la pena», confiesa. Con esa filosofía y sintetizando ese renacer musical, mañana sonarán temas como Lazos, Podrás soñar, Plan infinito o Quilombo de una reina.