El Centro de Operación y Vigilancia Espacial (COVE) apunta a que el objeto que sobrevoló la noche del viernes el este de la península y que en principio se creyó que era un misil balístico, era un meteroide, es decir, un meteorito que rozó la atmósfera sin llegar a entrar en ella.
Así se lo han informado este lunes responsables del COVE a la ministra de Defensa, Margarita Robles, durante su visita a las instalaciones de este centro del Ministerio del Aire y del Espacio en la base aérea de Torrejón de Ardoz (Madrid).
Este centro es el encargado de vigilar y controlar cualquier objeto espacial que pueda atravesar la atmósfera.
Si el paso del objeto por la península este fin de semana hubiese supuesto una amenaza para la población, se hubiese seguido el protocolo establecido. «No hay que andar alertando a los ciudadanos de algo que no tenía ningún fundamento», ha recalcado el general Isaac Manuel Crespo, jefe del Mando Aéreo del que depende el COVE.
Este general ha asegurado que quien informó a través de las redes sociales de que podría tratarse de un misil balístico fue una persona que trabaja en del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) que lo hizo a título particular y no el organismo en sí.
De hecho, el propio CSIC salió al paso de la información con un comunicado en el que descartaba que el objeto que en la noche del viernes se pudo ver en el cielo cruzando el este peninsular a gran velocidad se tratara de un tipo de armamento.
Sobre la información de la Fuerza Aérea de Alemania, que este domingo afirmó que el objeto que sobrevoló el cielo español era un satélite Starlink del multimillonario Elon Musk, el general también lo ha descartado.
El satélite no estaba dentro del listado de objetos que pueden representan un peligro por la posibilidad de que se adentren en la órbita más cercana a la tierra (LEO) y del que con 30 días de antelación informa un consorcio de la UE formado por España, Alemania, Italia y Francia (EUSST).
Este informe es la referencia del COVE para llevar a cabo la vigilancia y el control de un determinado objeto, ha explicado el teniente coronel Manuel Crespo, jefe de este centro.
En ese informe no entran satélites Starlink que no superan los 300 kilos de peso, una masa que la atmósfera puede desintregrar.
Los objetos que pueden reentrar en la atmósfera con un peso de más de 5.000 kilos entrañan un riesgo medio-alto y los de más de 8.000 kilos un riesgo alto.
Ahora mismo hay 26.000 objetos de cierto tamaño, incluyendo basura espacial, en la órbita LEO, de los que 800 representan un riesgo.
El objeto fue grabado y fotografiado por numerosos aficionados a la astronomía. Uno de ellos fue Cèsar Gusch, quien colabora con la Red Española de Investigación sobre Bólidos y Meteoritos y que reside en Sant Mateu (Castellón). Llegó a grabar con varias de sus cámaras cerca de cincuenta segundos del paso del objeto.
Lo que se pudo grabar durante ese tiempo es la estela luminosa que emitió el meteorito al rozar con la atmósfera antes de volver al espacio exterior. «Esa es la versión que manejamos ahora», ha asegurado el general Crespo.