Los más de 30 grados registrados esta semana son un aviso. El calor nos asfixia a nosotros y también agobia a los animales, que son especialmente sensibles a los cambios de temperatura. La adiestradora canina de la Fundación Affinity, Maribel Vila, recuerda que «los perros no transpiran como los humanos, únicamente lo hacen a través de la lengua y de las almohadillas plantares, por lo que la sensación de calor es muy superior a la que podemos tener nosotros».
Por esta razón una buena hidratación es básica y fundamental. Tu mascota siempre tiene que tener acceso al agua. Déjale agua fresca y limpia a disposición las 24 horas del día y comprueba periódicamente que quede agua en el bebedero. «Necesitan hidratarse mucho más que nosotros», asegura la adiestradora canina. Si trabajas muchas horas fuera de casa olvídate de dejar el perro en el patio o el balcón todo el día. De hacerlo tu mascota corre el peligro de sufrir un golpe de calor en cualquier momento. Es muy importante que el perro tenga un lugar fresco y protegido del sol donde descansar. Si tienes que ir urgentemente a hacer la compra y quieres llevarte a tu mascota no cometas el error de dejarla en el coche. En apenas 5 minutos la temperatura del vehículo puede dispararse hasta los 50 grados en los meses de calor. Si aun así decides llevártela sé precavido y deja las ventanas del coche bajadas y llévate un bebedero para dejarle agua.
Cuando llega el calor tu primera reacción es desprenderte de la ropa de invierno, y lo que tu perro necesita es que también adaptes sus hábitos diarios. «Esto significa pasear en las horas en las que el sol sea menos intenso y estar cerca de zonas con acceso al agua», detalla Maribel Vila y añade que «tampoco intentemos presionar al animal para que disfrute de largos paseos porque el calor se lo impedirá».
Alimentación
Del mismo modo que deberás protegerle del calor también es importante cuidar la alimentación. Que tu perro se dé un atracón está contraindicado cuando el calor aprieta. La recomendación de la adiestradora canina de la Fundación Affinity es que tu mascota coma menos cantidad pero más veces al día, y después de comer que no beba mucha agua, para reducir el riesgo de torsión de estómago, es decir, que se le gire porque no tiene la capacidad para aguantar todo lo que ha comido y bebido».
Si quieres tenerlo todo controlado sigue esta rutina cada día: primero pasear, después comer y por último descansar. Disfrutará más del día.
No es necesario bañarlo cada día, de hacerlo estarías cometiendo un grave error. Según la experta «si bañas a tu perro excesivamente poco a poco perderá un aceite que segrega de forma natural y que contribuye a tener un buen pelaje. Y cuando le duches mejor hacerlo sin jabón para evitar problemas a largo plazo».
Bienestar
Si pese a todas estas recomendaciones tu perro sigue sufriendo con el calor puedes hacerle la vida más fácil con diferentes objetos. «Son muy útiles unas alfombrillas finas que puedes mojar y que permiten al perro refrescarse. También tienes disponibles collares refrescantes que le ayudarán a tolerar mejor el calor», detalla Maribel Vila.
Además, puedes adaptar su cama para el verano. Existen muchas camas que favorecen la dispersión del calor, como las camas levantadas del suelo o las que están hechas de un material transpirable.
La alimentación también ofrece muchas posibilidades. La adiestradora canina aconseja «congelar trozos de fruta para después dárselos de comer, resulta un método refrescante que entretendrá al perro mientras sigue una alimentación saludable».
A qué esperas para poner en práctica todos estos consejos para que tu mascota esté fresca en verano.