La red de vigilancia ha detectado una nueva variante de òmicron en aguas residuales de Catalunya pero sin ningún caso clínico, según ha explicado a RAC1 la secretaria de Salut Pública, Carmen Cabezas.
Se trata de una variación sobre la BA.5 llamada BQ1, que sería más transmisible pero sin revestir más gravedad. Pese a su presencia en aguas residuales, Cabezas ha insistido que no se ha detectado aún ningún caso y que a veces esto no pasa. Sobre la situación general de la covid-19, ve “probable” que llegue una nueva ola pero sin repercusión asistencial.
Y es que Cabezas ha destacado que las tasas de vacunación son más altas en Catalunya que en otros países europeos y también hay inmunidad por contagios más recientes.
La doctora ha reconocido que hay una tendencia al incremento pero ha aseverado que la situación está “muy mantenida” y en niveles bajos. Ha explicado que se mantienen las reuniones con otros departamentos, mensuales, para hacer seguimiento de la situación y que, en caso de que se decidiera bajar de la situación de prealerta estas reuniones no se tendrían que hacer.
Mantenerse sin restricciones
Cabezas ha explicado que en Catalunya todavía se mantienen las temperaturas estivales y que esto está favoreciendo también a una transmisión más baja que en otros lugares. Aun así, ha dicho que las temperaturas irán bajando y habrá cada vez más actividad en espacios cerrados, que pueden contribuir a una mayor propagación.
El objetivo pero es contener esta subida “al máximo” sin restricciones y por eso se insiste también con el llamamiento a la vacunación con la segunda dosis de recuerdo a partir de los 60 años y para personas vulnerables. Hasta ahora, se han puesto 215.449 de estas vacunas, especialmente a personas mayores de 80 años y de entornos residenciales. A la práctica la vacunación para los mayores de 60 años se iniciará la próxima semana.
En cuanto al debate de la mascarilla en el transporte público, la secretaria ha dicho que con la entrada del frío “no es el momento más idóneo” para quitarla. Ha defendido que la mascarilla solo es obligatoria en entornos muy delimitados –transporte público y entornos médicos-. “Tampoco cuesta tanto”, ha manifestado.
Aun así, ha reconocido que la realidad en transportes como el metro es muy diferente y ha insistido que tiene “importancia” hacer uso de este elemento de protección en estos contextos.