Adrián Tarín: «En la ideología yihadista hay un elemento de resentimiento»

El profesor analiza el papel de Rusia y Afganistán en el escenario islamista

25 mayo 2024 19:43 | Actualizado a 26 mayo 2024 17:00
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El Estado Islámico en el Gran Jorasan, una rama de la organización terrorista, reivindicó el atentado en Bamian (Afganistán) en el que murieron tres catalanes. Es también el grupo autor del último atentado de Moscú. Adrián Tarín, doctor en Comunicación por la Universidad de Sevilla y profesor en la Universidad Central de Ecuador, analiza el Estado Islámico en el Cáucaso en el ensayo La yihad en Rusia (Icaria), sus orígenes y evolución. Tarín coordina la línea de investigación «Islam y política en el Cáucaso Norte» del Observatorio Eurasia.

¿Qué es el Estado Islámico del Gran Jorasan?

Es una filial del Estado Islámico. Entre otras cosas, aspiran a tener el poder en Afganistán, actualmente en manos de los talibán. Por eso, si recordamos, cuando en 2021 Estados Unidos abandonó Afganistán, es el mismo grupo responsable de aquel gran atentado que hubo en el aeropuerto. Lo provocó el Estado Islámico de Jorasan contra Estados Unidos y los talibán. Y es la misma facción del último atentado en Rusia.

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¿El Estado Islámico del Cáucaso es anterior a Al-Baghdadi?

Cuando comenzó la segunda guerra de Chechenia, en 1999, ya existía un componente islamista importante en el Cáucaso Norte. En los años previos, fueron llegando desde Bosnia muchos yihadistas cambiando, poco a poco, el cariz de la resistencia chechena, de la vertiente nacionalista a otra que fue incorporando el carácter religioso como parte de sus reivindicaciones. Con el tiempo, el carácter islamista no solo se incorporó como parte de esa identidad, sino como el elemento que articuló las guerrillas. Cada vez más reivindicaban un Cáucaso Norte musulmán, independiente de Rusia, a quienes se les consideraba colonizadores. En ese contexto nació en 2007 el Emirato del Cáucaso, independiente de Al Qaeda y, por supuesto, del Estado Islámico que acababa de emerger en Irak.

«Existe una animadversión histórica dentro del movimiento yihadista global contra Rusia por muchos motivos»

¿Le rindió pleitesía al de Al-Baghdadi en Irak y Siria?

Para llegar a eso todavía pasaron diez años. Cuando Al-Baghdadi se convirtió en el califa del Estado Islámico y se hizo público ese llamado a todos los musulmanes a jurar lealtad, esto provocó un cisma internacional. Obligó a muchos grupos a decidir entre seguir independientes, cercanos a Al Qaeda o al Estado Islámico. Los éxitos de este último, sumados a la muerte de Bin Laden, hicieron que algunos se escindieran o bien juraran lealtad a Al-Baghdadi. En el caso del Cáucaso Norte hubo una ruptura. El Emirato permaneció independiente, pero un grupo numeroso de sus militantes fundaron Vilayat Kavkaz y esa escisión juró lealtad a Al-Baghdadi.

Entonces, ¿el Gran Jorasan?

Vilayat Kavkaz es una organización muy débil. Tienen muy poco margen de maniobra a día de hoy para montar atentados. Por esa razón, las actuaciones son de Jorasan, quienes tienen su base fuera de Rusia, en Asia central.

Cuando se produjo el último atentado en Moscú, Rusia había vetado una resolución contra el alto el fuego israelí en Gaza. ¿Tendría algo que ver?

No. Puede que haya ocasiones en las que algún acontecimiento acelere planes previos, pero lo que sí que hay es una animadversión histórica dentro del movimiento yihadista global contra Rusia, no solo de los musulmanes que están radicalizados en el Cáucaso.

«El Estado Islámico del Jorasan, entre otras cosas, aspira a tener el poder en Afganistán, actualmente en manos de los talibán»

¿Por qué motivo?

Por muchos. Cuando era imperio y también ahora, ocupaba territorios tradicionalmente islámicos, como es el Cáucaso Norte. Cuando era la Unión Soviética, combatió a Afganistán en los años 70, el lugar donde nació el yihadismo moderno. Entonces, en la mitología yihadista, Rusia es un enemigo potente y se la odia con la misma intensidad con la que se odia a Estados Unidos. De hecho, Rusia ha sufrido muchos más atentados yihadistas de los que ha podido sufrir Francia, España o Alemania. La coyuntura actual influye, aunque no mucho. Es decir, es probable que lo que esté en la memoria más reciente de los yihadistas sea la intervención de Rusia en Siria al lado de Bachar al-Asad, su cercanía a Irán o incluso la cercanía al gobierno de los talibán, también adversarios de la facción del Estado Islámico de Jorasan.

¿Qué puede ganar Rusia con acercarse a los talibán?

Tras la declaración de guerra a Ucrania no tiene muchos aliados. Fortaleciendo relaciones con países adversarios de Occidente encuentra algún respaldo y quién sabe si también algún beneficio comercial.

¿Cuál es la solución contra una ideología como la del ISIS?

La fórmula es muy complicada. Pero diferentes estudios etnográficos advierten de que la falta de un Estado de derecho, de sensación de justicia y la vulneración de los derechos humanos influye en la radicalización. En el Cáucaso Norte los estudios dicen que, seguramente, a día de hoy no hay más atentados porque hay un férreo control policial pero, al mismo tiempo, ese control también fortalece el resentimiento y la radicalización. Creo que es más útil promover unas condiciones socioeconómicas y de vida dignas y justas para las poblaciones locales. Con ello quizás solucionaríamos gran parte del problema porque en la ideología yihadista hay un componente enorme de resentimiento y, por desgracia, una parte de ese resentimiento es bastante razonable.

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