El Cura y el Barbero. José Antonio Santano. A veces se nos antoja que su propia voz poética emerge del silencio de las tumbas y mausoleos integrada con los ecos de los muertos
Con su estilo preciso y quirúrgico, Tocornal nos regala un tesoro de contento para quienes siguen creyendo que la literatura debe aunar la forma y el fondo
El Cura y el Barbero. Cristòfol Despuig se rasgaría las vestiduras si 450 años después de su muerte volviera a pasear por Tortosa y comprobara que la catedral sigue inacabada
El Cura y el Barbero. Los que nos enamoramos de ‘La lluvia amarilla’ de Julio Llamazares, lo seguimos leyendo porque su especial concepción de la narratividad nos hace sentir en casa
El Cura y el Barbero. ‘En la boca del lobo’, de Elvira Lindo, es, en efecto, una novela prácticamente perfecta. Todos los personajes de esta historia son inolvidables
El cura y el Barbero. El cariño es incompatible con los análisis académicos. Sentí que entraba en un territorio en el que yo no debería estar: abusos sexuales, anorexia, bulimia
El Cura y el Barbero. En mi primera novela, ‘Persianas’, convertí a Valero en un personaje de ficción y recojo la imagen de Vicente internándose en la ciudad cuando todos huyen de ella
El Cura y el Barbero, pregunta de marras. No es nada nuevo que un estudiante se cuestione la contribución que aporten a su vida práctica el latín o un poema de Góngora