Un recurso paraliza ‘sine die’ la renovación de la maquinaria de los 7 parkings municipales
Una de las licitadoras del concurso para cambiar la tecnología llevó en enero el proceso ante el Tribunal Català de Contractes del Sector Públic, que aún no ha resuelto el caso
Pese a la desesperación de usuarios y abonados –y también de los trabajadores–, la ansiada y necesaria renovación de la maquinaria de los siete aparcamientos municipales deberá seguir esperando. Según confirma al Diari el presidente de la empresa pública que gestiona los parkings del Ayuntamiento, Jordi Fortuny (ERC), el Consistorio adjudicó el pasado mes de diciembre a la firma Skidata Ibérica el contrato de suministro, mantenimiento y control de acceso de los equipamientos Joan XXIII, Avinguda Catalunya, Lluís Companys, Saavedra, Francesc Bastos, Imperial Tarraco y Torroja por un montante global de 2,2 millones de euros. Pese a ello, en enero, una de las licitadoras del concurso que optaba a actualizar la tecnología de los equipamientos, que no fue la ganadora, presentó un recurso ante el Tribunal Català de Contractes del Sector Públic, que aún no ha dictaminado pero que sí que ha paralizado el proceso sine die. Esto comporta que, a diario, sigan los problemas en los cajeros automáticos y en las barreras de acceso y salida de la mayoría de recintos municipales, especialmente en Torroja y Joan XXIII.
Bajas temerarias
Según se indica en el pliego de cláusulas de la licitación, el objetivo del proceso es «sustituir el sistema de control de accesos de los aparcamientos, tanto para unificar el sistema y poder centralizarlos, así como para poder resolver los actuales problemas de obsolescencia», y «simplificar y reducir el coste de mantenimiento del sistema», con el objetivo de «unificar» la tecnología de los siete parkings que, en su globalidad, suman 2.419 plazas de estacionamiento. Por ello, en mayo de 2021 se licitó el pertinente concurso por un importe de 2,5 millones de euros. Tres fueron las empresas que se presentaron, dos de las cuales ofertaron una propuesta económica inferior en más de un 40% al importe de licitación, lo que según los técnicos municipales fue una cantidad «desproporcionada», además de que «no se acreditó el cumplimiento de algunos criterios tecnológicos por parte de los dos licitadores».
Por ello, la mesa de contratación decidió en diciembre de 2021 excluir a las dos firmas por bajas temerarias y adjudicar a Skidata Ibérica el contrato por 2,2 millones de euros. De estos, 1.204.555 eran para el suministro en seis meses de la instalación y software del control de acceso, así como 997.770 para el servicio de mantenimiento, inicialmente por cinco años pero con la opción de cinco más en caso de ejercer la compra.
Sin embargo, una de las dos compañías que se quedaron fuera del concurso decidió recurrir la decisión municipal y acudió ante el Tribunal Català de Contractes del Sector Públic, que «es el órgano administrativo colegiado de carácter especializado que, con plena independencia, objetividad e imparcialidad, se encargará de resolver este recurso», según indica el presidente de la firma dependiente del Ayuntamiento, quien recalca que «la paralización de la adjudicación nos perjudica a todos, tanto a los usuarios como a la empresa, que se ha visto obligada a ampliar sus recursos humanos para cubrir las carencias tecnológicas de los aparatos que han finalizado su vida útil». Asimismo, Jordi Fortuny añade que «aunque por ahora ninguno de estos recursos ha prosperado, nos vemos obligados a seguir los tempos que nos marca el tribunal, y seguir esperando la resolución que desbloquee la adjudicación del servicio».
A raíz de la paralización del concurso, los recintos siguen con importantes déficits, con el agravante de que aún es una incógnita saber hasta cuándo se alargará esta situación. «El momento es complicado. La empresa ha hecho lo posible, pero seguramente tarde porque la realidad es que la maquinaria está obsoleta», lamenta el presidente del comité de empresa de la sección de Aparcaments de la firma fusionada entre la EMT y la AMT, Jaume Domínguez, quien reconoce que los problemas para poder pagar y acceder o salir de los equipamientos «no ha provocado graves problemas, pero sí situaciones incómodas, con insultos».
El representante de los empleados detalla que la situación es especialmente significativa en el parking Torroja, que está en el aire libre. «Allí no funciona nada. Las barreras están levantadas y debe anotarse manualmente la hora exacta de entrada y salida», a la vez que tampoco puede abonarse la cantidad a pagar mediante tarjeta de crédito. Una situación parecida sucede en Joan XXIII, donde ayer mismo estaban inhabilitadas una máquina de entrada y otra de salida, a la vez que únicamente funcionaba uno de los tres cajeros automáticos, que, para más inri, solo aceptaba monedas y billetes, por lo que era necesario acudir a la centralita para poder pagar.