Un banco belga ‘perdona’ 4,5 millones a Tarragona de la deuda del parking Jaume I
El Ayuntamiento acuerda una «quita» con Dexia Bank del 18% de los 13,9 millones que quedan por pagar. El ahorro será de 2,5 millones del crédito y otros dos en intereses bancarios
El mayor desastre de la historia reciente de la ciudad lo seguirá siendo, pero con un agujero económico menor. Según confirma al Diari la concejal de Hisenda del Ayuntamiento de Tarragona, Isabel Mascaró (PSC), el consistorio ha llegado a un acuerdo con Dexia Bank para que la entidad financiera realice una «quita» del 18% de lo que queda por pagar del préstamo suscrito en 2008 por valor de 18 millones de euros. Teniendo en cuenta que la deuda viva ahora es de 13,9 millones, el ahorro a largo plazo será de 2,5 millones en amortización del crédito, más otros dos en concepto de intereses bancarios.
En total, pues, la administración de la Plaça de la Font dejará de pagar unos 4,5 millones, lo que supone más de un 15% de los treinta millones generados de deuda por un aparcamiento que, inicialmente, se presupuestó en 3,9 pero que nunca ha llegado a abrir.
Dexia: en proceso de disolución
El acuerdo suscrito con Dexia Bank llega después de varios meses de negociaciones. La entidad está intervenida por los gobiernos francés y belga y, además, se encuentra en proceso de disolución. Por ello, el 2 de octubre del 2023 hizo llegar una primera oferta a la EMT para cancelar anticipadamente el préstamo, al que todavía le quedan 20 años de vigencia. En ese momento, la entidad puso sobre la mesa un perdón del 5% del pasivo. Esa propuesta fue rechazada por el Ayuntamiento, ya que únicamente suponía un ahorro de 700.000 euros.
Posteriormente, el pasado 20 de mayo la entidad privada formalizó una segunda oferta al Ayuntamiento: la del 18% de la deuda pendiente, que supone el perdón de 2,5 millones para pasar de los 13,9 a los 11,4 millones. Esta opción sí que fue avalada por parte de los técnicos municipales.
Por ello, tras el OK de los departamentos de Intervenció y Tresoreria, el consistorio ha decidido amortizar la nueva deuda con Dexia, si bien antes concertará un nuevo préstamo por la misma cantidad (11.467.667,99 euros). El Ayuntamiento esperará ofertas para ello hasta el próximo lunes, pero fuentes municipales se muestran convencidas que el ahorro en intereses será de dos millones «si los tipos de interés no suben». La previsión es la de concertar un crédito a tipo variable a 15 años, con un interés de Euríbor 3M más 0,90%.
«Estamos contentos de la oferta que nos han hecho de finiquito porque podría suponer a largo plazo un ahorro de 4,5 millones de euros», afirma Isabel Mascaró, quien reivindica que «eso significa que seguimos con el esfuerzo continuado de rebaja de la deuda y la mejora de la salud financiera de la EMT».
Con este recorte, el índice de deuda de las arcas municipales será del 70,96%, una cifra que permite seguir con la senda de rebaja del pasivo, situándose bastante por debajo del 75% que permite eludir la tutela financiera de la Generalitat de Catalunya.
La vía penal, cerrada
Se da el caso de que la desorbitada deuda por el desastre del parking Jaume I no ha generado ninguna responsabilidad penal. El 16 de octubre, la Audiencia Provincial archivó la causa, abierta desde 2008, porque «los hechos no son encuadrados en ningún tipo penal» y que «la práctica de las diligencias solicitadas son innecesarias».
Por ello, la gran esperanza del Ayuntamiento es la vía civil abierta en Madrid contra las financieras de las obras: Metropolitan y el Banco Santander. En la denuncia presentada en 2022 el consistorio considera –tras la elaboración de una auditoría pericial– que el total de los bienes, enseres e instalaciones que debían haber sido incorporados en el no aparcamiento de la Part Alta sumaban un montante global facturado de unos cinco millones de euros. De estos, en cambio, solo se habría recibido material por un valor de 831.456, escasamente un 16% de los pagado durante 11 años.
¿La traducción de todo ello? Que según la EMT habría más de 4,2 millones de euros abonados que, en cambio, no se habrían traducido en la recepción de la maquinaria necesaria para intentar poner en marcha la mayor ruina de la ciudad.