Los vecinos de La Móra, hartos del tráfico y del abandono del barrio
Esta zona registra durante los meses de verano una importante masificación, lo que acentúa los déficits de una zona residencial
que durante los fines de semana queda prácticamente colapsada
Ir a La Móra un fin de semana a partir de las 10.00 horas de la mañana es sinónimo de encontrarse un no parar de coches accediendo para ir a la playa. La mayoría hace el intento de dirigirse directamente a la gran superficie que queda a primera línea. Pese a ello, a esta hora ya está completo y empiezan la cursa para hacerse con un hueco a dónde sea.
A medida que avanzan las horas la presión va subiendo hacia la parte de más arriba. Pese a ello, el flujo de bañistas no cesa y la convivencia con los residentes no siempre es fácil. «Hay momentos en los que tienes la sensación de estar en una ratonera. Aparcan a donde les da la gana sin respetar nada», lamentaba Pilar Suárez.
El presidente de la Associació de Veïns, Albert Franquès, asegura que el barrio está «saturado» y, de hecho, el problema de aparcamiento y los colapsos que se generan es un tema que este representante vecinal asegura que empezó a hablar en su momento con la exconcejal Begoña Floría.
Los vecinos han pedido en reiteradas ocasiones que se establezca un sistema de pago, para intentar regular la situación. El tema se ha hablado con el gobierno de Rubén Viñuales y, según explican los representantes vecinales, en enero se celebró una reunión en la que les dieron a conocer una propuesta. Esta establecía una tarifa de un euro al día para las calles más próximas a la playa, cantidad que subía hasta los cuatro euros para dos horas en el resto.
La propuesta no agradó. «Necesitamos rotación», indica Franquès. En mayo hubo una segunda reunión, pero no se presentó una nueva propuesta y el tema quedó en stand by. El Ayuntamiento de Tarragona no ha querido dar a conocer qué hará finalmente con esta cuestión. No obstante, una de las demandas del vecindario es que la Plaça de las Comarques Catalanes se habilite una zona para que la gente pueda parar para ir a comprar al supermercado o a la farmacia.
«Nos sabe fatal, porque al final lo único que pedimos es que los clientes de siempre puedan aparcar un momento bajar a buscar la medicación e irse de nuevo», lamenta Lourdes Morro Felip, la farmacéutica de La Móra.
¿Y el autobús?
Mientras la entrada de coches no cesa, los que bajan cargados con la sombrilla o las sillas del autobús municipal pueden contarse con los dedos de una mano. «La gente no lo utiliza para ir a la playa», dice Amparo, quien trabaja es una de las inmobiliarias de la zona. Entre semana entre las 7.10 horas y las 21.56 de la noche hay 23 frecuencias, lo que supone un bus cada 30 ó 45 minutos.
Los fines de semana la cifra se reduce notablemente y, por ejemplo, los domingos y festivos tan solo hay nueve servicios, lo que puede comportar una espera de hasta dos horas. Y es que el autobús de la playa no llega a La Móra.
La Empresa Municipal de Transport (EMT) explica que se está realizando un estudio de mejora de las líneas, con las frecuencias y recorridos, lo que debe permitir «reestructurar» unas líneas que son de los años 80. «Aplicamos la escucha activa y la mejora continúa para adaptarnos a los nuevos hábitos de movilidad y dar respuesta a sus necesidades», afirman fuentes de la empresa de transportes. La previsión es que esté acabado a finales de año, aunque el refuerzo en el servicio desde Tarragona tampoco acabará con el problema, teniendo en cuenta que esta es una playa que recibe muchos bañistas de los municipios del interior.
Malestar enquistado
Durante el mes de agosto esta urbanización puede incluso triplicar su población. Asimismo, los datos revelan que, después de la Part Alta y los Barris Marítims, esta es la zona con más pisos turísticos de Tarragona. Una presión y una masificación adicionales para un barrio en el que desde hace mucho tiempo se palpa el malestar de su vecindario por la falta de inversiones.
Hablando con los residentes uno de los temas que sale a colación es el de la falta de limpieza y de mantenimiento generalizado. «¡Si tan solo fuera el transporte! Hay calles en las que casi deberías salir con el machete para abrirte paso entre las hierbas o la gente que se cae por culpa de las baldosas rotas. Es que al final es todo», indica Lourdes Morro.
Los vecinos de La Móra aseguran que «desde hace años estamos aguantando de todo». Desde la Associació de Veïns se han recogido firmas y se han dado los primeros pasos para convertirse en Entidad Municipal Descentralizada (EMD). Un malestar que en verano siempre va en aumento y que se reactiva. «La sensación es que para ir a la playa todo vale y, al final, esto no es PortAventura. Aquí hay gente viviendo», concluye el representante vecinal.