La ‘guerra sucia’ contra la política de zonas azules en Tarragona
Los dos parquímetros de la urbanización Tarragona 2 aparecen dañados el primer día de su puesta en marcha. Los conductores buscan zonas alternativas, algunas con vehículos sancionados por la Guàrdia Urbana
La ampliación de zonas verdes/azules en Tarragona en los últimos meses ha levantado polvareda entre los conductores por la pérdida de aparcamientos gratuitos en los barrios de la ciudad.
Este incremento de plazas de pago ha motivado rechazo a la medida, críticas, quejas... y actos vandálicos como por ejemplo la rotura de la placa solar de los nuevos parquímetros instalados en estas nuevas zonas habilitadas.
Ocurrió en la zona del hospital Joan XXIII a los pocos días de activarse y también este fin de semana en la urbanización Tarragona 2. Los vigilantes de la zona azul se percataron de los daños e informaron a la empresa Aparcaments Municipals de Tarragona, la empresa pública que gestiona esta competencia, y a la Guàrdia Urbana.
Los dos parquímetros más próximos a la Escola Pax, en la calle Josep Gramunt i Subiela, aparecieron dañados en la parte superior, en la placa solar. Este acto vandálico no impide el uso de los parquímetros instalados, solo que su fuente de alimentación alternativa queda en desuso y la energía proviene del cableado que tiene conectado a la red eléctrica.
Estas dos acciones vandálicas se suman a las que se llevaron a cabo en el periodo de pintado del barrio, donde los carteles informando de la prohibición de aparcamiento para pintar las zonas verdes aparecieron rotos.
Zonas vacías
La implantación de zonas verdes/azules en Tarragona en los últimos meses ha motivado un cambio de costumbres entre los conductores que trabajan o se desplazan por la ciudad.
Aquellas zonas de pago más ocupadas son pocas y están ubicadas en calles y plazas donde hay concurrencia de actividad: temas burocráticos, compras, gestiones...
Sin embargo, las nuevas zonas habilitadas en las calles más alejadas del hospital Joan XXIII o las de Tarragona 2, donde hay menos actividad comercial o de gestiones, los coches brillan por su ausencia y las calles están ‘desiertas’ de vehículos durante las horas de pago.
El Ayuntamiento y concretamente la empresa Aparcaments argumenta que el área regulada delimita una zona de la ciudad de Tarragona donde el tráfico es elevado y donde a menudo existen dificultades para encontrar aparcamiento.
Se pitan de verde para favorecer que los residentes de esta zona tengan más facilidades para aparcar, se da prioridad de aparcamiento a los residentes frente a los no residentes.
Aparcamientos ‘alternativos’
La ‘mancha’ verde y azul de los aparcamientos regulados en la ciudad ha motivado un cambio de hábitos en muchos de los conductores que utilizan el coche para su trabajo o gestiones en la ciudad.
La gran mayoría dejan el vehículo mucho tiempo estacionado y la falta de aparcamiento gratuito empuja a buscar zonas de parking ‘alegales’. Una de ella es una explanada que hay al final de la calle Pi i Maragall.
Allí hay un tramo de vial cortado que discorre paralelo a la autovía A-7 y que en su momento servía para unir esta calle con al N-240 (la carretera de Valls). Este tramo asfaltado ya se ha utilizado algunas veces como aparcamiento, pero nunca hasta la fecha se había ocupado la superficie de tierra que discurre al lado de un parque infantil y de un parque de perros.
Esta semana, con la puesta en activo de la zona verde de Tarragona 2, la explanada se ha convertido en aparcamiento improvisado para todos los usuarios que se han visto obligados a emigrar de la urbanización.
Y este cambio de aparcamiento a algunos les ha salido caro, puesto que la Guàrdia Urbana ha multado a los vehículos por estacionamiento indebido.